Ronda

La curiosa Trilogía Mariana que envuelve a la Virgen de la Paz

La Patrona y Alcaldesa Perpetua de Ronda procesionó en un pasado como dolorosa y soledad.

Salida.

El próximo 24 de enero es el día de la Patrona de nuestra ciudad, la Virgen de la Paz y como cada año el pueblo de Ronda la visitará para rendir veneración y culto a su divina imagen. Es por ello por lo que hemos querido indagar más a fondo en la historia de la Patrona de nuestra ciudad. Hoy hablamos de su curiosa Trilogía Mariana que la llevó a procesionar por las calles de nuestra ciudad como dolorosa, pasando años después a la advocación de soledad y acabando finalmente como Madre Pacífera, Patrona y Alcaldesa perpetua de Ronda.

La antigüedad de la Virgen de la Paz es incierta. Muchos documentos de mediados del S.XVI podrían afirmar que la autoría de la imagen pertenece a ese siglo. Según el libro redactado por Fray Diego José de Cádiz, titulado «Devota Novena a la Stma. Virgen de la Paz», afirmaba que la imagen ya era venerada en tiempos anteriores de la reconquista de la Ciudad de Ronda en la Parroquia de San Juan de Letrán en el Campillo.

No es conocida la antigüedad de la Hermandad, pero por la documentación que obra en poder de la Junta de Gobierno de la misma se sabe con total garantía que podría haberse creado en torno al siglo XVI y parte del XVII. Según documentos, cabe destacar que los comienzos de la Hermandad de la Paz fueron en sus inicios la formación de una especie de Agrupación de Cofradías y Hermandades, las cuales estaban o radicaban todas en el mismo templo, mencionando a la Hermandad del Santo Rosario de Ntra. Sra. de la Paz, hoy también Virgen de la Aurora.

El transcurso del tiempo hace que sobre el año de 1540 la primitiva Iglesia de S. Juan de Letrán comience a presentar signos de derrumbamiento con grietas en sus muros, ya que la edificación era ya muy vieja, declarándose en ruinas. Es por ello, que se decide levantar una nueva iglesia que acogería Ntra. Sra. de la Paz y que llevaría el nombre de la Vera Cruz y Sangre de Cristo. Se comienza a buscar una ubicación adecuada y se encuentra un solar más resguardado de las inclemencias meteorológicas y del duro invierno de nuestra ciudad. El lugar elegido es donde se encuentra su actual Santuario. Desde el primer momento se acordó que la imagen de la Virgen de la Paz presidiría el altar mayor, tal y como lo podemos ver en la actualidad.

 

Pasó del tiempo, y la devoción hacia la virgen se fraguó, ya no solo en Ronda, sino en parte del extranjero. Desde diferentes partes del mundo llegaban miles de exvotos emitidos, los cuales eran depositado a los pies del altar mayor de Ntra. Sra. de la Paz. Grandes instituciones de la época quisieron conocer su santa imagen como la Reina Isabel II, la cual fue nombrada camarera de honor de la Hermandad. También Juan de Borbón, Padre de D. Juan Carlos I, Rey emérito de España, asistió al Santuario cuando se nombró a la Real Maestranza de Caballería de Ronda, Hermana Mayor Honoraria de la Hermandad.
La Virgen de la Paz ha procesionado como dolorosa en la tarde del Jueves Santo  acompañando a Ntro. Sr. Ecce-Homo o Sr. de la Escala. Más tarde el Viernes Santo, acompañando al Cristo de la Sangre y a San Juan Evangelista, con la advocación de Soledad. El día 15 de Mayo de 1947, fue Coronada Patrona y Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Ronda en la Alameda del Tajo.

En el año de 1954 el ayuntamiento de nuestra ciudad se honró nombrando a Ntra. Sra de la Paz, Alcaldesa de Honor a Perpetuidad, según da fe de ello un documento en forma de pergamino que podemos ver todos en su santuario. A modo de homenaje,  los 20 de mayo, cuando la virgen sale en procesión, el alcalde o alcaldesa de la ciudad le coloca el bastón de mandos de la ciudad de Ronda en su paso procesional.

Muchas son las historias que envuelven el bendito rostro de nuestra Patrona. Una imagen que, aunque haya salido en otras épocas como dolorosa o de soledad, sin duda lo que verdaderamente inspira, tal y como su bendito nombre anuncia, es paz. Queda poco para su día, otro 24 de enero en el que el pueblo de Ronda, unido en fe y devoción mariana, volverá a visitarla.

 


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