El alcalde de Ronda, Antonio Marín Lara, descubre esta semana algunas de sus pasiones ocultas, y que la ajetreada vida política suele ocultar o que no le deja desarrollar todo lo que le gustase. Se declara un enamorado de la cocina, hasta el punto de asegura que es su profesión “frustrada”. Además, reconoce que sus dos otras pasiones son los toros y el fútbol, sin poder ocultar sus colores sevillistas. En cuanto a su habilidad en los fogones, dice tener buena mano para la preparación de paellas, cocidos y potajes de lentejas.
Esta afición oculta del alcalde la pone en práctica durante el fin de semana, cuando se pone con traje de chef particular para su familia, hasta el punto de ser el encargado de seleccionar los alimentos personalmente y realizar la compra en los comercios y tiendas de alimentación de la ciudad. Precisamente, asegura tener esta afición como un punto de escape de los quehaceres diarios de la vida municipal. “Es entonces cuando más desconecto”, asegura Marín Lara.
¿Es capaz usted de desconectar de la política?
Imposible, en la política se está por afición o devoción. Esto te tiene que gustar mucho y estar encallecido. Puede haber 5.000 en contra, pero 30.000 a favor. Eso le puedo decir que lo noto en el día a día en el contacto con el ciudadano. Como es normal, las minorías se mueven o gritan más, porque las mayorías suelen ser más silenciosas.
¿Ha sentido alguna vez el cansancio de la política?
Nunca me he sentido cansado. Tengo el depósito lleno y con gasolina para un largo recorrido. El día que note desfallecimiento me iré sin formar ruido.
¿Qué nota en la ciudad?
Siento que Ronda se está transformando día a día. Además, creo que eso los rondeños lo están viendo. Esa es mí garantía, lo que están viendo los ciudadanos sobre la evolución de la ciudad. Ronda se transforma día a día. Ese es mí aval.
¿En qué cree?
Soy una persona que cree ciegamente en los equipos y en las personas a las que encomiendo una función. Cuando luego fallan tampoco dudo en cambiarlos. Y eso lo puedo decir porque me exijo a mí mismo lo mismo que a mis compañeros. Cuando eres alcalde tienes que ejercer como tal. No puedes andar poniendo paños calientes y mirando para otro lado con los problemas. Tienes una responsabilidad y estás obligado a tomar decisiones, porque lo contrario sería una dejación de funciones. Alguien tiene que haber para tomar decisiones. Es conveniente que el ciudadano vea que tiene un alcalde firme y con las ideas claras, porque sabe lo que quiere y a dónde tiene que llevar a la ciudad.
¿Pero cree que eso siempre se interpreta adecuadamente?
Algunos interesadamente le llaman prepotencia, aunque la inmensa mayoría lo ve como un signo de seguridad de su alcalde, viendo el futuro con optimismo por este motivo. Ellos ven que tengo las cosas claras y lo que quiero, y eso siempre transmite confianza al ciudadano. Además, este hecho es especialmente significativo en los agentes económicos principales de la ciudad. Ellos saben que se pueden sentir seguros.
¿Cree que esta seguridad no la ofrece la oposición?
El panorama que ofrece la oposición y las personas que en ella se encuentra se puede decir que es ‘poquito’. Ese será el verdadero problema de los candidatos próximos. La seguridad. Además, estoy convencido de que finalmente únicamente tendremos tres candidados.
