Entre copa y copa enlazábamos temas de conversación, la crisis, las ventajas e inconvenientes de la edad, las parejas… Mientras tanto, Diego, estaba inmerso en su obra pictórica. Nadie le decía nada, estaba muy relajado y tranquilo con su boli “bic” y su servilleta del bar como lienzo.
No me pude imaginar en ningún momento, que yo era la protagonista de aquella obra de arte… que tuve el honor de ser, durante un ratito, la musa de aquel artista.
Diego no me miró mientras me dibujaba, simplemente me custodió en su cabecita hasta que aparecimos mi cola, mi sonrisa y yo!
Yo quiero que cuando Diego me recuerde, lo haga tal cual lo hizo en ese momento, con mis simplezas, mi cola y esa sonrisa que pongo cuando lo veo aparecer y me da un abrazo rico rico rico…
Diego es un niño lindo, tranquilo, observador. Cuando algo le gusta, salta de alegría. A veces le cuesta levantarse para ir al cole, se está tan a gustito en la cama… Hace los deberes de matemáticas contando lápices de colores. Es muy cariñoso y le encanta dar abrazos. A veces hay que reñirle y el, a veces le riñe a su perro levantando el dedo índice. Ha visto la película Shrek unas cien veces, y le encanta que los demás imitemos al pajarito que explota mientras canta Fionna… Diego es simplemente genial. Ah! y por si no os lo había dicho, Diego es Sindrome Down y sin quererlo ni saberlo, nos hace a los demás mejores personas, casi tanto como el.
