Unicaja Banco (cuyo germen original y principal fue la Caja de Ahorros de Ronda) ha planteado este martes a los sindicatos el despido de 1.513 empleados del grupo, lo que supone aproximadamente el 15 % de la plantilla tras su fusión con Liberbank, con el fin de reducir costes y mejorar su eficiencia.
La cifra se ha dado a conocer durante la reunión de este martes, que se celebra tras la constitución de la mesa negociadora por parte de la Representación Legal de los Trabajadores (RLT) del pasado 28 de septiembre.
La empresa trasladó que el excedente real que calculan rondaría las dos mil personas pero la cifra se reduciría debido a que hay unos 400 empleados pendientes de abandonar la entidad con salidas ya pactadas. Tiene previsto además recurrir a la movilidad geográfica para salvar empleo.
Unicaja Banco argumenta su decisión, según ha informado la Cadena SER, en un estudio económico que señala el deterioro que ha sufrido el negocio bancario en los últimos años, la bajada del margen de intereses, la digitalización de la banca o los bajos tipos de interés.
Los sindicatos consideran «excesiva» la cifra inicial pero confían en poder reducirla durante la negociación que se retomará el próximo 14 de octubre en Madrid. El proceso se lleva a cabo tras la fusión de Unicaja Banco y Liberbank, que supuso la creación del quinto banco del país, con un volumen de activos cercanos a los 113.000 millones, y presencia en el 80 % del país, siendo la entidad de referencia en Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria y Asturias.
Unicaja Banco, que sigue teniendo su sede social en Málaga, suma más de 4,5 millones de clientes y unas 1.400 oficinas.
Este nuevo ERE se suma al de CaixaBank, que quiere dejar marchar a algo más de 6.400 empleados, una vez incorporada Bankia, y al de otros bancos que han apostado por reducir sus plantillas aun sin haber protagonizado ninguna fusión tras la pandemia.
Ese era el caso del Banco Santander, que ha dado salida este año a 3.600 empleados; el de BBVA, que afectará a cerca de 3.000 trabajadores o el de Sabadell, que después de reducir su plantilla en unos 1.800 efectivos, negocia en estos momentos con los sindicatos un nuevo ajuste laboral.