En la vecina localidad serrana de Yunquera se encuentra ubicado el Centro AstroLab, que debido a las circunstancias que nos ha tocado vivir se reinventó el año pasado y creó la Escuela Online de Astronomía.
A esa primera edición se apuntaron Beatriz Huertas Rodríguez, madrileña afincada en Málaga desde hace 17 años y Psicóloga de profesión desde hace más de 20, y Lydia Alba Rojano, marbellí y estudiante de 1º de Bachillerato.
Quién les iba a decir que meses después, a mediados de agosto, se convertirían en protagonistas de un acontecimiento astronómico al recibir del Centro de Planetas Menores (Minor Planet Center-MPC) del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (USA) la confirmación que habían descubierto, durante una actividad del curso, un nuevo asteroide que provisionalmente se llamará 2020WO14. El director de AstroLab, José Antonio Jiménez, comentó tras recibir la noticia del MPC: “La Astronomía se convierte en una experiencia muy real cuando se participa en un descubrimiento de este calibre”.
La actividad realizada consistía en analizar, tras aprender a usar en clase el programa Astrometrica, unas 100 imágenes del telescopio Pan-STARRS1 situado en la cima del Haleakalá en Maui (Hawaii), perteneciente a la campaña anual internacional de Ciencia Ciudadana del IASC (International Astronomical Search Collaboration) para búsqueda de asteroides y objetos transneptunianos.
La entrevista a las descubridoras
Las protagonistas del artículo amablemente nos comentan impresiones del fantástico descubrimiento y contestan algunas preguntas que les formulamos. Y comenzamos por ¿Cuál es vuestro interés por la Astronomía? Para Lydia: “desde pequeña me he interesado por la Astronomía porque me gustaba observar el cielo y aprender sobre él” y Beatriz nos comenta: “Tras realizar el curso, la Astronomía ha venido a mi vida como algo que me ayuda a desconectar, como un hobby que me apasiona… porque mi interés siempre ha sido por la Astronomía como algo que estaba ahí pero parecía como algo inalcanzable”.
Ambas, de forma independiente, comenzaron a analizar el centenar imágenes en set de cuatro. Beatriz nos dice que le dedicó dos o tres horas los fines de semana, e igualmente Lydia le dedicaba parte de su tiempo libre y nos relata: “Me puse a analizar las imágenes, que había que descomprimir y ponerlas en bucle para poder apreciar el posible movimiento de algún asteroide, y descubrí un punto que hacía un movimiento ascendente y lo comenté a los profesores en la siguiente clase” y añade “ La verdad es que no me esperaba encontrar un asteroide nuevo aunque la posibilidad estaba ahí, al final resultó ser una sorpresa el hallazgo”. Simultáneamente Beatriz detectó también dicho punto y llegó a la misma conclusión tras comprobar que dicho cuerpo celeste no se encontraba en la base de datos y nos relata: ”Introducía las fotos como en bucle, en movimiento, para detectar puntos e ir anotando sus localizaciones, en ningún momento pensaba que podía descubrir algún asteroide, pero Lidia y yo habíamos identificado algo que no lo había visto nadie” y nos confiesa:” Mi reacción fue de absoluta sorpresa y la verdad es que tardas un tiempo en procesar que realmente has descubierto algo”. Tras el descubrimiento ambas comentan que no les ha cambiado la vida, pero como dice Beatriz: “Han sido divertidos los mensajes y las felicitaciones recibidas de familiares y amigos que al publicar la noticia desconocían esta faceta mía” y Lydia añade: “Me ha felicitado mucha gente y también he visto que hemos salido en los medios de comunicación y eso nunca me había pasado, aunque yo intento tomármelo con mucha tranquilidad”.
Finalizamos preguntándoles por el nombre que desean ponerle y es todo un honor que se añadiría a la lista de asteroides ”españoles” que comenzó con el descubrimiento en 1915 del asteroide “Hispania” por el prestigioso astrónomo José Comas Solá director del Observatorio Fabra de Barcelona. Nos comentan que aún queda unos años para” bautizarlo” y se reunirán más adelante para decidirlo y como anécdota familiares y amigos se apresuran para sugerirles nombres para el asteroide, pero ellas tienen claro que el nombre que propongan para su aprobación, por un comité de la Unión Astronómica Internacional (UAI,) debe llevar una referencia al Centro AstroLab de Yunquera.
Este artículo lo dedico a la astrónoma Carolyn Shoemaker que nos dejó, a la edad de 92 años, el pasado 13 de agosto y que descubrió más de 800 asteroides y 32 cometas, incluyendo el Shoemaker-Levy 9 que impactó en Júpiter en 1994, uno de los cometas más famoso del siglo XX.