Bienvenida sea la Ley de 1 de julio de 2021 de declaración del parque nacional de la Sierra de Las Nieves. En él se protege característicamente el pinsapo, especie dada a conocer por el botánico suizo Boissier, autor de un notable estudio sobre la flora del reino de Granada (1839-1845). Desde entonces, se sucedieron informes, exposiciones y reclamaciones de variados profesionales poniendo de relieve la mala situación del pinsapar y la necesidad de abordar medidas adecuadas para su conservación: ingenieros de montes principalmente como Láynez (1858) o Laguna (1868).
Al ponerse en marcha el movimiento de los parques nacionales en España (1916), pudieron concebirse esperanzas de la protección al menos del pinsapar de Ronda, de unas 760 hectáreas, que pertenecía entonces a los propios del municipio. Así, en el preámbulo del primer Reglamento de Parques Nacionales se citaba el lugar como una de las muestras de la “naturaleza virgen” que habían de ser protegidas (1917). La propuesta no llegó a materializarse entonces, aunque la gestión forestal introdujo paulatinamente trabajos importantes de mejora y recuperación del pinsapo.
Hubo que esperar al desenvolvimiento de las competencias autonómicas para poner en marcha el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (1989). En el mismo, se protegió ya la Sierra de Las Nieves, un área de más de 16.000 hectáreas, en la categoría de parque natural. Adicionalmente, el territorio fue integrado por la UNESCO en una reserva de la biosfera mucho más amplia (1995).
Ahora, finalmente, de común acuerdo Estado y Comunidad Autónoma, un espacio de casi 23.000 hectáreas acaba de ser declarado parque nacional, con lo que parece culminar el régimen de tutela de la zona. En la aprobación de la ley estatal que se exige en la legislación básica, ha persistido el consenso que hubo en el proyecto. Tan apenas se presentaron enmiendas, de manera que el texto fue aprobado con escasas y poco relevantes variantes.
El parque nacional es la figura más emblemática de nuestros espacios naturales protegidos. La legislación general es exigente al establecer requisitos de representatividad, naturalidad, continuidad superficial, escasa intervención humana y viabilidad futura. El régimen aplicable combina tres grandes finalidades: primera, la conservación mediante prohibiciones y limitaciones de los usos y las actividades a fin de garantizar el mantenimiento de los ecosistemas protegidos; segunda, la utilización pública del espacio, particularmente a través de la promoción de un turismo vinculado al uso respetuoso de la naturaleza; y tercera, la incentivación de un desarrollo socioeconómico sostenible del ámbito territorial afectado.
La gestión del parque nacional corresponde a la Comunidad Autónoma, aunque el Estado también participa junto con representantes de diversos colectivos e intereses. Se explican, así, los importantes compromisos financieros que derivan de la pertenencia a la Red de Parques Nacionales de España, que impone la gestión coordinada de los 16 espacios que han alcanzado esta categoría en nuestro país, tres de ellos en Andalucía (Doñana, Sierra Nevada y Sierra de las Nieves).
Es cierto que las medidas prohibitivas comienzan generando inquietudes en algunos propietarios, empresarios y usuarios de la zona donde se declara un parque nacional. Sin embargo, la experiencia nos dice que pronto prevalecen las oportunidades derivadas de la capacidad de atracción de la figura, que permite producir riqueza manteniendo el patrimonio natural. Se inicia, en definitiva, un interesante medio de colaboración interadministrativa y de participación ciudadana llamado a tener importantes repercusiones en la comarca donde se sitúa el nuevo parque nacional.
