Recuerdo perfectamente la primera vez que me crucé con él: fue en una yinkana que los Boys Scouts estábamos realizando en una tarde de verano en la Alameda. Manu acababa de ingresar en los Lobatos, la unidad de los pequeños, y me topé durante la prueba con él. Era un niño bonachón y al principio tímido, pero de forma rápida se adaptó al grupo.
Un poco más tarde pasó a la Tropa, y se sumó a la patrulla del Koala, en la que yo era el jefe. Fue el inicio de una amistad y de compañerismo que hasta ahora perduraba y que recuerdo con cariño y con nostalgia.
Este domingo día 20 de junio, cuando estamos a las puertas del verano, nos ha dejado el gran empresario rondeño y mejor amigo Manuel María Lopez. Se ha ido con 53 años, después de haber luchado durante más de un año como un auténtico jabato contra su enfermedad. Hoy es un día triste para todos los que tuvimos la fortuna de unirnos a él durante la aventura de la vida.
Manu, ya no podremos compartir esas noches de fuego de campamento de los Scouts, ese camino hacia la aldea del Rocío que tanto amabas, y tampoco podremos sacar juntos, debajo del trono -donde nadie nos veía- a nuestra venerada Virgen de la Paz, Patrona y Alcaldesa Perpetua de Ronda.
Pero ten por seguro que tanto yo, como todos los que hemos compartido algún momento de nuestras vidas contigo, nunca te olvidaremos; te llevaremos en nuestro corazón, y en nuestra memoria. Recordaremos en todo momento esos ratos que compartimos.
Pero además de un amigo, Ronda pierde un empresario ejemplar. Siendo joven se sumó al proyecto familiar de sacar adelante el Bar Jerez, el Mesón del Escudero y la cuartelada que los López tenían en el Mercado Municipal de Abastos.
Más tarde, tomó otro rumbo y se embarcó en la cocina selecta y de autor que trajo a Ronda, con la puesta en marcha del restaurante Tragabuches, que obtuvo la primera Estrella Michelín de la ciudad.
Pero ahí no se detuvo (todos sabemos que era inquieto). En 1998, junto al veterano del vino Vetas, creó uno de los primeros viñedos de Ronda. Pioneros de la nueva revolución del vino en la ciudad, juntos allanaron el camino a seguir por otros productores de la zona.
Puso en marcha la Bodega Pasos Largos, creando un vino de calidad que fue reconocido en los mercados internacionales.
Una trayectoria profesional de la que pocos pueden presumir y todo un referente de empresario con visión de futuro y de innovación.
Hoy es un día triste para mí, para todos los que te conocieron y para Ronda. Mi pésame a su esposa Lola, a sus hijos, y familia.
Te vas para decorar con tus viñedos las puertas del Cielo. Allí algún día espero cruzarme de nuevo contigo.
Pondré una vela por ti ante la Virgen de la Paz, la Virgen del Rocío y Padre Jesús. Descansa en paz amigo.