Es lo primero que nos advierte antes de empezar la entrevista: le gusta hablar, y mucho. Alejandra ha cumplido una ilusión que ha tenido siempre al convertirse en Dama Goyesca. Tras acabar el bachillerato y realizar las pruebas de selectividad, está esperando a saber cuál será su nuevo destino: “Me gustaría hacer Enfermería, si puede ser en Málaga o aquí en Ronda”, nos cuenta.
Esta será, sin duda, la feria de tu vida.
Pues sí, tengo muchas ganas de que empiece, porque todas hemos congeniado muy bien desde el principio. Todos los actos que estamos viviendo, como los conciertos, están yendo muy bien. Y la feria, a vivirla a tope.
¿Echarás de menos la libertad de salir cuando quieras, con tus amigos, y no tener que cumplir con los compromisos?
Puede ser, porque durante la feria no tenemos ni una sola noche libre. Siempre tenemos un concierto, o algún acto, o tenemos que acudir a alguna caseta, etc. Pero nuestros amigos y novios nos van a comprender perfectamente, porque esto es sólo una vez en la vida.
¿Has recibido el apoyo de tu familia?
Si, porque siempre, desde que era pequeña, tenía la ilusión de que pasaran los años y así poder ser Dama Goyesca. Y desde entonces siempre he tenido el apoyo de mis padres y mis amigos, que están muy orgullosos de mí.
Háblanos de tu traje.
Está confeccionado y diseñado por Pepa Borrego, y lo sacamos mirando fotos, cuadros… Estoy muy contenta con el resultado.
¿Sueles seguir los festejos taurinos?
Si, el año pasado pude ir por primera vez a la corrida Goyesca y me encantó.
¿Te gusta algún torero en especial?
Fran Rivera me gusta mucho. Bueno, Cayetano es muy mono, pero eso no tiene nada que ver -sonríe-. José Tomás también me parece un maestro, pero a veces no le acompaña la suerte. Y Manzanares es otro de los que me gustan.
Y desde un punto de vista más personal, ¿cuál es tu punto fuerte?
Todo el que me necesita en algún momento me tiene ahí para lo que sea necesario. Incluso no hace falta que me lo digan, siempre comprendo a los demás.
¿Y algo que cambiarías?
A veces tendría que controlarme un poquito, porque cuando me entra el genio…
