“No podemos quedar aislados de la recuperación económica porque el estado de las carreteras sea deficiente. No podemos perder oportunidades porque tengamos unas carreteras deficientes. Cuando no peligrosas. Señoras y señores diputados, no es solo la economía. Es la seguridad”. Son palabras del discurso que esta semana el alcalde de Arriate ha desarrollado en la ‘Tribuna de los Alcaldes’, en el pleno de la Diputación. De nuevo el asunto de las carreteras. De nuevo a escena el gran déficit de nuestra comarca. Lo cierto es que al alcalde de Arriate, en representación me atrevo a decir de todos los municipios de esta comarca, no le falta razón. Está bien el ‘ruido’ que el PSOE quiere hacer ahora, menos es nada, pero la primera pregunta está clara: ¿por qué no arregló las carreteras el PSOE cuando gobernaba en Diputación? Y yo no voy a hacer la ‘guerra política’, a mi me da igual. Esa ya la hacen unos y otros. Es que da la sensación que esta campaña del PSOE responde más a un ‘argumento-bomba’ para el PP que a una preocupación sincera.
Un ejemplo. Me hace gracia escuchar el argumento de que Júzcar, el ‘Pueblo Pitufo’, tiene una carretera lamentable, un hecho que está influyendo en el número de visitas que está recibiendo el municipio pero es que Genalguacil, el ‘Pueblo Museo’, también. E Igualeja, que cuenta con el ‘Nacimiento del río Genal’, también.
Es una verdadera lástima que el problema de las carreteras que padecemos todos los serranos y rondeños todos los días para ir a trabajar, a estudiar… no se tome en serio de una vez. Da igual PP y PSOE. Ambos, por ser los dos partidos mayoritarios, se deberían de haber comprometido hace mucho tiempo con una comarca que parece el último rincón de la provincia, que en materia de infraestructuras no le importa a nadie, y que espera, para su desarrollo mediante el turismo, la mejora de sus comunicaciones.
Lo que sí está claro es que en este momento las reivindicaciones para arreglar carreteras caerán en saco roto, las haga el PSOE o las haga el PP, por la situación económica en la que nos encontramos. Pero es precisamente esta crisis la que debe obligar a reflexionar y a priorizar inversiones en función de las necesidades de cada comarca. Y el arreglo de las carreteras de la Serranía de Ronda no es un antojo, no es un proyecto que vaya a beneficiar solo a unos pocos. Es una necesidad que con el paso del tiempo se hace más urgente por la seguridad de sus habitantes, por los esfuerzos del sector turístico para convertir a esta comarca en un referente y para que ésta termine de despegar y ofrezca un futuro mejor a los que se quieren quedar en este rincón de la provincia y enseñarle al resto los tesoros que guarda. Estamos hartos de la misma guerra.