La Ciudad del Tajo se ha convertido por una semana en el punto de mira del baloncesto malagueño, desde que el pasado lunes iniciara el Unicaja su preparación en el pabellón del Barrio de San Francisco.
Una vieja aspiración que se ha convertido en realidad, una vez que la ciudad cuenta con un pabellón con suelo de madera, apto para que los equipos profesionales puedan utilizarlo, ante el riesgo de lesiones que puede suponer otro tipo de suelo.
Durante los primeros días, los de Aíto han ido cogiendo ritmo de competición, con entrenamientos a puerta cerrada, a los que no ha podido asistir público.
No obstante, durante la jornada del jueves, el técnico del Unicaja accedió a que el entrenamiento previo ante el Ritas fuese abierto al público.
Sin embargo, el momento más esperado era el del partido del jueves, para el que se agotaron inmediatamente las aproximadamente 500 invitaciones que se entregaron a diferentes colectivos de la ciudad, así como a los patrocinadores y los propios equipos.
Un ambiente magnífico para vivir un partido de gran nivel, con dos de los mejores equipos de Europa, donde lo de menos era el resultado, aunque los malagueños terminaron venciendo con claridad.
Ambos equipos ofreciendo un gran espectáculo a los aficionados, que pudieron disfrutar del buen baloncesto sin tenerse que desplazar, por una vez, a la capital de la provincia.
Además, los aficionados también tuvieron la oportunidad de ver a los jóvenes valores de la cantera del Unicaja, que han podido compartir entrenamiento con las grandes estrellas del club.
Por unos momentos, muchos aficionados se sintieron más próximos al Unicaja, aunque algunos siguen hechando en falta que lleve el apellido de Ronda, como ocurría en los inicios del club, que comenzó con el Caja de Ahorros de Ronda.