El sistema Hundidero Gato, una de las cavidades más conocidas de Andalucía y que entraña una gran dificultad para realizar su travesía, ha aumentado de forma considerable su tamaño conocido gracias al trabajo silencioso y callado que un grupo de unos 20 espeleólogos andaluces llevan realizando desde el año 2007 en su interior. Gracias a sus expediciones la longitud de sus galerías conocidas ha pasado de los 7.800 metros a los 9.000 actuales. En este tiempo este grupo de expertos ha logrado realizar el levantamiento topográfico de esta parte del complejo que hasta el momento era desconocida y permanecía sin explorar.
Durante este largo periodo de tiempo han sido muchos los descubrimientos, aunque el último de ellos es muy reciente. La galería ‘Cascada de los Toriles’ ha sido la última en poder ser completada, para lo que han tenido que esperar a que pase la época de lluvias y avance el verano para que baje el nivel del agua y poder afrontar los 114 metros contabilizados. Durante todo el tiempo anterior permanece inundada y su exploración se hace imposible. A pesar de todo sigue presentando momentos de mucha dificultad, como el tramo calificado como ‘beso de techo’, en el que los espeleólogos tiene que pasar tumbados sobre su espalda con su cara casi tocando en el techo de la galería para aprovechar el mínimo hueco libre de agua que queda y poder así respirar. A ello se une su pozo de 20 metros por el que a duras penas entra el cuerpo de una persona. Un recorrido que toma mucho más valor al verlo en imágenes, algo que es posible en la web del Espeleoclub Pasoslargos. De este modo dejan constancia gráfica de los objetivos marcados y conseguidos, al tiempo que un reflejo del esfuerzo que realizan para dar explorar un mundo subterráneo desconocido.
Es esta zona la que registra una de las imágenes más espectaculares, al ser el punto de desembocadura de buena parte de las filtraciones de agua que se producen desde el abandonado pantano de Monteque, y que se tornan en una enorme cascada en este punto de la cueva. Precisamente, esas filtraciones hicieron fracasar el proyecto de construcción de esta presa, que nunca llegó a entrar en funcionamiento y que en años lluviosos vuelve a tomar vida por unos momentos como si de un espejismo se tratase.
Otro de los puntos explorados en este tiempo el sifón ‘Séptico’, descubierto en el año 2010 y que también ha sido documentado por este grupo, entre otros muchos, hasta completar más de un kilómetro de longitud. Eso sí, su trabajo no se ha realizado de forma incontrolada, al existir un acuerdo con la consejería de Medio Ambiente y con los responsables del Parque Natural Sierra de Grazalema para realizarlo y poder completar la exploración del complejo.