No hay más que felicitar desde estas líneas a la concejalía de Turismo por la organización de ‘Ronda romántica’. La idea ha sido todo un éxito, su desarrollo, pero sobre todo la implicación de los rondeños, serranos y visitantes que han respondido de una forma excepcional. Creo que nadie podía prever el resultado que sin duda ha sorprendido para bien y ha llegado al corazón de Ronda. Lo cierto es que más allá del éxito, ‘Ronda romántica’ supone una innovación en el terreno turístico, algo tan fácil y tan difícil. Me refiero a que la Serranía ha sido la tierra de los bandoleros por excelencia. Era ‘de cajón’ organizar un evento de este tipo en esta ciudad pero nadie hasta ahora lo había llevado a cabo.
Otro de los aspectos que no quiero pasar por alto es la participación de los pueblos. Ronda ha ejercido su papel, me atrevería a decir por primera vez en muchos años, de cabecera de comarca. Resultaba raro, por desgracia, ver a vecinos de los municipios en Ronda, en la Alameda, participando, dando lo mejor de sí… y no solo los de la Serranía también algunos de la llamada comarca natural.
Creo que ‘Ronda romántica’ ha nacido con fuerza y ya se ha ganado un espacio en el calendario festivo de Ronda. Es evidente que todo proyecto, en sus inicios, necesita mejoras que se irán puliendo poco a poco.
En cuanto a las recreaciones históricas, es de alabar el esfuerzo desinteresado que hicieron cientos de vecinos de otros municipios adaptándose a un escenario que no era el suyo, llegando incluso a condesar las tramas en menos tiempo… Quizás sería necesario que, para próximas ediciones, Ronda contara con su propia recreación histórica, con un pedazo de esa historia, la de los bandoleros, arrieros, contrabandistas y viajeros románticos, que se ha querido revivir en esta fiesta.
Igualmente, los beneficios para la economía de la ciudad son incuestionables. Calles, restaurantes, bares… estaban llenos, con mejores resultados incluso que en otras épocas que se presuponen de temporada alta para la localidad. Llegados a estos límites incluso se hace innecesario, a mi juicio, hablar de cifras, del coste que ha tenido el proyecto puesto que sus beneficios, los que se pueden calcular y los que no, como el impacto de la promoción obtenida, no tienen límites. Enhorabuena.