Si usted, querido lector, es habitual seguidor de esta columna “Sin Voces” recordará que hace unos meses, concretamente junio del año pasado, titulaba una de ellas “Hasta el gorro” e iba dedicada al Defensor del Pueblo Andaluz D. José Chamizo. En ella comentaba su comparecencia en el Parlamento y el rapapolvo que echó a los políticos instándolos a dejarse de peleítas y dedicarse a resolver los problemas del personal. Una vez concluida esas palabras muchos, entre los que me encuentro, estábamos esperando para ver lo que duraba el Defensor en su puesto, hasta aquí.
Con la de problemas que tiene Andalucía, siendo la comunidad con la tasa de paro más alta de toda Europa, con un problema de falta de inversiones que nos están haciendo retrotraernos a épocas anteriores al invento del fuego, con corrupción y enchufismo por doquier, los políticos nos han demostrado una vez más que ellos van a lo suyo. El Defensor del Pueblo Andaluz era una de las personas públicas más valoradas, nadie pedía su relevo, su trabajo estaba siendo magnífico y los andaluces así lo demostraban en todas las encuestas, pero claro, se ha metido con los políticos, algo no permitido en esta sociedad que va de democrática y es partitocrática ¡Si hasta se sospecha que un ex presidente ha vetado un programa que iba a hacer una parodia sobre él! No se ponen de acuerdo para nada importante, pero no les toques.
Hablan de grandes pactos y para lo único que se ponen de acuerdo es para dar salida a un defensor no sumiso y en un día ya tienen sustituto, o para sancionar y sustituir a un juez que se atreve a llevar a la cárcel a un banquero amigo, puesto a dedo.
¿Cómo va a ser eso de cuestionar a políticos y banqueros? ¿En qué país os creéis que vivimos? ¡Lástima que sólo se pongan de acuerdo para defender su gran status social! El día que los políticos dediquen todas sus fuerzas a ayudar al pueblo, salimos de la crisis.