La magia como herramienta contra la violencia de género. Esa es la premisa de un espectáculo ideado por el mago rondeño Fran Moreno, de nombre artístico Fran Qué, para trasladar a los más pequeños la importancia del respeto y la igualdad. “Con la magia conseguimos que nuestro público esté 100% enganchado. Aseguramos risas, diversión y el asombro, ¿qué mejor forma de aprender que pasándolo bien?”, explica.
El espectáculo, bautizado como ‘La magia está en los buenos tratos’, se basa en una serie de mensajes tanto positivos como negativos que muestra a los escolares de los colegios que visita. Las actitudes positivas son los que hacen posible que ocurra la magia, mientras que los mensajes negativos acaban “desapareciendo” misteriosamente. Todo ello, con la ayuda de los pequeños espectadores y camuflado en forma de juegos: “Ellos saben perfectamente la teoría, pero hay que reforzarlo y recordárselo constantemente para que lo interioricen. Y la magia es un excelente medio de hacerlo de forma divertida”, añade el ilusionista, fundador del Festival Ronda Ciudad Mágica junto con Luigi Ludus.
La igualdad, el respeto, el rechazo a la violencia, la necesidad de compartir las tareas domésticas y la idea de que cualquiera puede dedicarse a lo que quiera cuando sea mayor, son algunas de las enseñanzas que intenta transmitir. Además, Fran Qué usa en todos sus juegos “un lenguaje igualitario y no sexista”, con el fin de que el mensaje subyacente cale hondo en los alumnos de forma natural, y no impuesto por los mayores.
Uno de los principales retos fue adaptar el contenido y el lenguaje a los niños y niñas de estas edades, algo que consiguió con la supervisión de una psicóloga y puliendo sus números a partir de la respuesta que veía en sus jóvenes pero exigentes espectadores. “Desde el principio, el show ha sufrido numerosos cambios, hasta terminar con dos versiones, en las que me comunico de forma diferente con ellos: una para cursos de infantil y otro para primaria”, señala el mago.
El show, único en España, ya ha viajado por colegios y teatros de toda Andalucía y otros lugares de la geografía española, como Toledo, Segovia, Badajoz y Tarragona. Pero los comienzos no fueron fáciles. Los centros educativos reciben cada curso una ingente cantidad de propuestas culturales, y la magia todavía no está reconocida como la el gran instrumento educativo que puede ser. Por eso, su proyecto no disfrutó de la acogida que esperaba, algo que, afortunadamente, va cambiando poco a poco: “Después de las primeras actuaciones empezó a funcionar mucho el boca a boca. Los profesores que veían el espectáculo se lo contaban a los de otros centros, y así fue como empecé a recibir más llamadas”, recuerda el ilusionista.
Fran Qué asegura que esta es su “creación favorita” y de la que más orgulloso se siente, por encima otros espectáculos que le han llevado a ganar varios premios en el mundo de la magia. Considera que los magos tienen “una gran responsabilidad” para hacer de este un mundo mejor, aunque sabe que no es una tarea fácil: “Este aprendizaje va más allá de un show de magia, hay que trabajarlo desde el colegio y desde casa y aún nos queda mucho camino por recorrer”.
No obstante, cree que todas las iniciativas, por pequeñas que sean, suman en la lucha por la igualdad y contra la violencia de género. Todo, con el objetivo de que llegue un día en el que esta lacra haya desaparecido por completo.