«Benalauguía», una forma diferente de conocer el Valle del Genal

“Benalauguía” es un original proyecto turístico de carácter familiar que surgió en marzo de 2018 con el objetivo de satisfacer las necesidades de los visitantes en cuanto a conocer los espacios que recorren desde un punto de vista cotidiano, todo ello mientras se dignifica el modo de vida rural en el Valle del Genal.

Pepe Verdugo, gerente de “Benalauguía”, ha explicado que la iniciativa se sustenta en cuatro ejes fundamentales: “trilogía mediterránea”, “pueblo-escuela”, “la estreve” y “a pie de campo”.

“Trilogía mediterránea” es un paseo por la gastronomía que ha mantenido la civilización occidental del arco mediterráneo a lo largo de su historia, que ha tenido como elementos esenciales el aceite, el pan y el vino. Para ello los turistas visitan el museo etnográfico de Benalauría, en el que se conserva una antigua almazara, la panadería Hermanos Guerrero, donde las personas tienen la oportunidad de participar en talleres de elaboración artesanal de pan en el horno de leña que este establecimiento utiliza desde hace más de un siglo y, por último, los turistas conocen la bodega “28 metros cuadrados”, un proyecto de reciente creación que apuesta por volver a recuperar la cultura del vino en la zona.

Por otro lado, “pueblo-escuela” es una iniciativa educativa que pretende acercar la vida de los pueblos a los escolares mediante excursiones al municipio, donde realizan diferentes talleres y actividades, visitan diferentes espacios de interés y comparten momentos con los vecinos. Por su parte, “la estreve” es un particular proyecto dirigido a los visitantes que pernoctan en casas rurales y que consiste en que un chef se desplaza hasta el establecimiento para cocinar y presentar los productos más característicos del entorno.

Por último, “a pie de campo” es un eje agroturístico de “Benalauguía” mediante el que los turistas participan activamente en diferentes tareas dependiendo de la temporada, como por ejemplo en la recolección de castañas, en la cosecha de aceitunas o en la recogida de cerezas.

Verdugo ha matizado que trabaja con el concepto de “turismo de emociones” en el que es el visitante quien marca los tiempos y se aprovechan distintos recursos y atractivos que pudieran surgir espontáneamente durante la visita, como puede ser el paso de una piara de ovejas, el vendedor de pescado en su furgoneta o el placer de tomar café en el bar del pueblo compartiendo una agradable charla con algún vecino.