Que si gordas, que si feas, que si bajas… esta semana algunos medios de comunicación, entre ellos este periódico, desvelaban en exclusiva los rostros de las Damas Goyescas que protagonizarán, junto con el Pregonero y la Presidenta, la Feria y Fiestas de Pedro Romero. Las críticas sobre su aspecto físico en determinados foros han crecido como la espuma y en este caso yo me pregunto si se trata de un concurso de belleza. Esta es la primera cuestión que hay que analizar. El concepto de belleza es muy relativo. A mí puede que me gusten las lentejas y a ti los garbanzos. De todos modos, nunca sabremos si parte de esas críticas son reales o manipuladas… hay mucho ‘malaje’ suelto.
En segundo lugar, la gente está muy aburrida y llena su vida con críticas fáciles y vacías eligiendo blancos fáciles. Mírate tu ombligo en el espejo. Lee, pasea, ve al cine… El físico se lo lleva el tiempo, la estupidez no.
En tercer lugar, gracias. Eso es lo que le deberías decir a las familias de estas jóvenes que costean de su bolsillo los trajes y complementos para mantener una de nuestras tradiciones. Todos estamos pendientes de sus trajes goyescos en la Feria, incluido tú.
Quizás los medios de comunicación tenemos parte de culpa al repetir que las Damas Goyescas representan a la mujer rondeña pero ahondemos. Esta frase va más allá de los criterios estéticos. A la rondeña la definen su carácter, valentía, coraje, solidaridad, dureza, entrega, sacrificio, elegancia, inconformismo, bondad… Podríamos seguir con una lista interminable que hace aún más bellas a estas mujeres. Estoy segura de que nuestras Damas Goyescas 2013 reúnen estas características y son unas magníficas estudiantes y/o trabajadoras, unas rondeñas que prometen.
En mi opinión sí tengo que decir que no comparto el hecho de que sean instituciones las que designen a las Damas Goyescas. Sé que es poner el grito en el cielo en Ronda pero hay muchas jóvenes de la ciudad a las que les gustaría serlo y sus familias no se lo pueden permitir pero seguro que harían el esfuerzo así que no estaría mal hacer una especie de casting.
En definitiva, a las Damas Goyescas, desde estas humildes líneas, quiero darles mi enhorabuena y decirles que disfruten de todo lo que está por llegar, que pasa una vez en la vida, que se pongan los tacones y enseñen al mundo qué es ser una mujer rondeña. Perdón, los tacones no… la madroñera.