Por fin parece que se vislumbra una luz, tímida todavía, bien es verdad,al final del túnel de las participaciones preferentes. Un informe secreto de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV, para los amigos) reconoce,!por fin!, la existencia de prácticas ilegales que tuvieron a bien admitir prácticas ilegales por parte de, al menos, tres entidades financieras (Bankia, Caja Madrid y Bancaja), las cuales en su día hicieron suscribir a ciegas las participaciones a quienes han acabado por sumir en la desesperación, a saber, miles de familias españolas, algunas de la provincia de Málaga.
Resultó sencillo hacerles tragar la trapisonda: cobrarían un interés comparativamente más abultado porque se trataban de clientes fieles a los que no querían dejar fuera de un plan sin el menor riesgo. Y tragaron el anzuelo. Después vino el llorar y el crujir de dientes. A raíz de este informe, se han multiplicados las demandas de los afectados, apoyados por partidos políticos,entre los que destaca UPyD, el cual ha recogido la bandera de las reclamaciones y lanzan sus dardos contra el antiguo presidente del CNMV y el exgobernador del Banco de España, los cuales miraron a otra parte mientras el fraude tomaba cuerpo, sin que dijesen esta boca es mía, siendo “cooperadores necesarios de la trama delictiva”.
Las preferentes representan uno de los affaires más escandalosos de los últimos tiempos. Hay que llevarse las manos a la cabeza de puro asombro al ver cuáles han sido las familias que lo han padecido en sus carnes: jubilados, pequeños ahorradores,¡hasta invidentes!, y por lo general, gente sin la menor experiencia en los entresijos del mundo de las finanzas. Se impone la necesidad de que se haga justicia en su favor. Se están dando los primeros pueblos. Más vale tarde que nunca.