Al grito ya tradicional de “sí se puede”, medio centenar de personas se concentraron este viernes a las puertas de la sede de Banesto situada en la plaza Carmen Abela, al objeto de exigir a esta entidad bancaria que paralice la subasta de la casa de una familia de Arriate, fijada para el próximo 26 de abril.
Si nadie lo remedia, Cristóbal Rodríguez y María Rosa Rivera perderán su vivienda al final de mes, aunque la plataforma Stop Desahucios está dispuesta a luchar hasta el último momento para impedir que llegue.
Además, denuncian que el banco optó por recurrir a un proceso extrajudicial que consideran “ilegal” y que deja al afectado sin la posibilidad de defenderse. Por ello, la plataforma estudia llevar este caso a los tribunales de justicia.
“La casa me costó la salud”, dice entre lágrimas Cristóbal. “No es que no quiera pagar, es que no puedo”, aseguraba. Este vecino lamenta la intransigencia del banco para alcanzar un acuerdo, al tiempo que se preguntaba: “Aunque pueda solucionar los problemas económicos, quién me va a devolver la salud”, mientras muestra los medicamentos sin los que ya dice que no puede salir a la calle.
Los problemas del matrimonio se iniciaron cuando la casa sufrió un hundimiento y tuvieron que abandonarla, sin posibilidad de realizar una reparación, y recurrir a una vivienda de alquiler. Ahora no pueden hacer frente a los dos pagos. “He llegado a verme sin dinero para comer”, afirma Cristóbal, que se define como un mileurista al que no le alcanza para hacer frente a las necesidades más básicas.
De momento, esta familia trató de acogerse al decreto del Gobierno central para que se paralizase su proceso de desahucio, aunque no les han reconocido ese derecho, y ahora se aferran a la posibilidad de que el nuevo decreto aprobado por la Junta de Andalucía pueda ampararles y les ofrezca una oportunidad para tratar de reconducir su difícil situación económica y familiar.
Además, los concentrados lamentaron que esta actitud se mantenga por parte de una entidad que requirió de una inyección de dinero público, por lo que no se cansaron de gritar que “este desahucio ya está pagado”. También lanzaron un llamamiento a los rondeños y serranos para que retiren sus cuentas de este banco.