El periplo viajero de los Coros y Danzas de Ronda nos llevará en esta ocasión a cruzar la frontera de los Pirineos para encontrarnos en tierras francesas. Allí los rondeños aprovecharían las actuaciones en dos festivales galos para tomarse también un pequeño descanso en el parque de atracciones de Disney en Paris. Pero vamos por partes.
El viaje a Francia fue motivado, en principio, para participar en un festival que se celebró del 11 al 14 julio de 1993 en la localidad de Bray-Dunes, un municipio del norte del país, cercano a su frontera con Bélgica. En este evento compartieron escenario con Inglaterra, Polonia, Suecia o Bulgaria. Como es habitual el espectáculo de la Asociación Folklórica ‘Abul-Beka’ fue uno de los que más éxito cosechó metiéndose al público en el bolsillo con los bailes y cantes tradicionales.
Antes de volver a España los artistas tendrían la oportunidad de ser recibidos en otra localidad francesa donde fueron tratados con enorme cariño ya que su presencia se justificaba en el hecho de que esta ciudad francesa quería iniciar un proceso de hermanamiento con Ronda que finalmente no llegó a producirse por motivos que realmente nunca se dieron a conocer pero que, al parecer, no tienen que ver con la falta de interés por parte de los franceses. De hecho los Coros y Danzas fueron invitados a actuar en el municipio de Lunel como muestra de acercamiento a la ciudad. De hecho se invitaron a las autoridades rondeñas en aquel momento, aunque no acudieron. Lo que sí fue un éxito fue la actuación que se realizó en un escenario montado especialmente para la ocasión en la plaza de toros de este municipio. Por cierto que, coincidiendo con su visita a Lunel, se dio la circunstancia de que pasaba por la zona el tour de Francia de aquel año, en plena época dorada del ciclista español Miguel Indurain al que los rondeños tuvieron la oportunidad de animar en la prueba francesa.
Para poner el broche final a este viaje a tierras galas que mejor que visitar el parque Eurodisney de París. Sobre esta parte del viaje sobran las palabras ya que sólo hay que ver las caras de felicidad de los artistas que disfrutaron enormemente de su estancia en este mágico lugar.