En la jornada de ayer se llevó a cabo en el municipio de Algatocín la cuarta suelta de la temporada de Torymus sinensis, insecto que resulta ser el depredador natural, controlador biológico y único método que se ha demostrado efectivo para luchar contra la plaga de la avispilla del castaño.
José Manuel López, alcalde de Algatocín, ha explicado que las distintas sueltas han tenido lugar en zonas próximas al río Genal, en el entorno del Puerto El Espino, vertiente del término municipal que se adentra en el Valle del Guadiaro, en el paraje de “La Calera” y, en la jornada de ayer, en “Macuca” y en zonas cercanas a la carretera que une el municipio con el río Genal. “Con ello, se ha procurado hacer la suelta de Torymus en todas las áreas del término en las que hay castaños”, puntualizó el alcalde.
El regidor ha recordado que ha asistido personalmente a reuniones que se desarrollaron en Málaga para tratar la problemática de la avispilla y la suelta de Torymus, encuentros en los que también participaron representantes de las administraciones supramunicipales, técnicos de medio ambiente, miembros de organizaciones agrarias y alcaldes de los municipios afectados.
López ha resaltado la importancia de que el próximo año la suelta sea masiva para intentar contener la rápida propagación de la plaga, que previsiblemente provocará una más que considerable merma en la producción de castañas esta temporada. En esta línea, el alcalde ha apuntado que, aunque Algatocín no sea el pueblo del Valle del Genal que tiene más superficie de castaños, en la localidad viven numerosas familias para las que la recolección de castañas supone un aporte económico anual muy necesario.
La conservación de las 3.900 hectáreas de bosques de castaños que hay en el Valle del Genal es totalmente prioritaria por su incalculable valor medioambiental, paisajístico y también económico, ya que unas 1.500 familias del entorno obtienen la mayor parte de sus ingresos de la castaña y la propagación de la plaga significará una importante reducción en la producción de este fruto. En este sentido, el mantenimiento de los castañares en buen estado de salud es imprescindible para el desarrollo socioeconómico de la zona, ya que este sector es un pilar fundamental del valle que fomenta el arraigo de los vecinos en los municipios, evitando así su despoblación, y deja en la comarca la nada desdeñable cifra de unos 10 millones de euros al año.
La avispilla del castaño es un insecto que afecta directamente tanto al árbol como a su producción de frutos. Haciendo un recorrido cronológico, se detectó por primera vez hace varias décadas en China, desde donde se propagó hasta Japón. Con el paso de los años esta plaga se ha ido extendiendo progresivamente hasta llegar en 2002 a Italia, donde la extensión dedicada al castaño ronda las 700.000 hectáreas. En 2014 se detectó una importante colonia de este insecto en el paraje de Juanar, próximo a Ojén, desde donde rápidamente se propagó hasta el Valle del Genal.