Numerosas personas asistieron en la tarde de este pasado sábado a la misa de acción de gracias por el alma del misionero salesiano Antonio César Fernández que falleció en febrero en un atentado en Burkina Faso, al ser tiroteado por terroristas del grupo radical islamista Boko Haram.
Por ello el santuario de María Auxiliadora se llenó de fieles para para recordar a este religioso, que dejó una gran huella en la juventud rondeña durante su estancia en la Ciudad del Tajo, donde mostró una enorme implicación y cariño hacia este colectivo, con la labor que realizó en el Centro Obrero Católico, además de en el colegio de la Inmaculada y San José de la Montaña, entre otras instituciones religiosas.
Así, muchos de esos jóvenes rondeños, ahora convertidos en personas adultas, quisieron rendir un sentido homenaje a este salesiano, para que su memoria no se olvide y quede en el recuerdo de todos.
Trágico suceso
El misionero español Antonio César Fernández falleció el 15 de febrero en Burkina Faso tiroteado por terroristas del grupo radical islamista Boko Haram, según informó la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora. El trágico suceso se produjo pasadas las 15:00 horas tras recibir tres disparos durante un ataque yihadista perpetrado a 40 kilómetros de la frontera sur de Burkina Faso. El salesiano regresaba a su comunidad en Uagadugú junto a otros dos religiosos que pudieron sobrevivir al asalto, tras celebrar en Lomé (Togo), la primera sesión del Capítulo Inspectorial de la Inspectoría Salesiana de África Occidental Francófona (AFO), según explicó entonces la congregación.
El atentado tuvo lugar cuando un grupo de yihadistas atacó contra el puesto de aduanas de la localidad de Nohao. En el ataque fueron asesinados también cinco funcionarios burkineses.
Antonio César Fernández, nacido en Pozoblanco de Córdoba el 7 de julio de 1946, fue misionero en diversos países de África desde 1982, siendo fundador en dicho año de la presencia salesiana en Togo, siendo su primer destino, informa el medio local Cordópolis.
A lo largo de su trayectoria trabajó como maestro de novicios (1988 – 1998) y ejerció, entre otras funciones, como delegado de la AFO en el Capítulo General 25 (2002). En la actualidad ejercía su ministerio en Burkina Faso. Tenía 72 años de edad y había cumplido los 55 de salesiano y los 46 de sacerdote.
Gabriela Toscano López
Fue un día de muchas emociones,intentando contener las lágrimas en todo momento(Una mezcla de alegría y dolor).
Se podría decir que los que lo conocimos,tuvimos la gran suerte de ver cómo vive un hombre Santo,todo entrega,entusiasmo,amor y generosidad.Hombre de fe que contagiaba. Allí donde estés, (Llamémosle Cielo,para entendernos) GRACIAS