Es una planta alta, robusta, llamativa y de gran belleza en relación a la mayoría de nuestras humildes orquídeas ibéricas.
Es la primera orquídea o una de las primeras, en florecer y lo hace en pleno invierno. En zonas de costa y cálidas puede empezar en enero, aunque lo habitual es que lo haga en la Serranía de Ronda progresivamente desde febrero hasta bien entrado marzo, varía la fecha dependiendo de las condiciones climáticas. Este año ya las tenemos en la Serranía a partir de finales de enero. El grupo Atropa, donde disfrutamos un grupo de amigos entusiastas y aficionados a la naturaleza en general, seguimos la tradición de buscarlas en sus lugares habituales y no han faltado a la cita, pudimos disfrutar de ellas en las cercanías de Ronda, en un lugar donde había varias decenas de Barlias dispersas por una zona bastante pequeña, algunas empezando a abrir las flores y otras en pleno crecimiento y sin desarrollar aún la inflorescencia.
Con las revisiones botánicas ha cambiado varias veces de nombre, así, inicialmente, se denominó Orchis robertiana, luego Barlia robertiana, nombre por el que la conocemos la mayoría. Finalmente ha pasado a Himantoglossum robertianum (Loisel) P. Delorge (1999).
Es una orquídea terrestre de la zona europea mediterránea y del norte de África que crece en garrigas, taludes, claros de pinar, bordes de caminos y carreteras, olivares, dunas, etc. hasta una altura de unos 1.200 metros, a plena luz o semisombra, en zonas calizas con suelo moderadamente seco. En España aparece en muchas regiones de Norte a Sur, estando ausente en el Sistema Ibérico y la Depresión del Ebro. En algunas Comunidades está catalogada como especie en declive o amenazada. Al ser una orquídea alta y de color llamativo es más fácilmente localizada, lo que la hace más vulnerable que otras que suelen pasar desapercibidas.
Puede llegar hasta los 90 cms. aunque la media ronda los 50 cms. Tiene dos, a veces tres tubérculos ovoides grandes. La roseta basal está formada por hojas caulinares, grandes, carnosas, verde claro brillante, siendo común encontrarlas mordisqueadas por el ganado. La espiga floral destaca claramente entre la hierba, con numerosas flores grandes resupinadas, de tonos entre el rosa claro hasta el morado intenso con manchas y motas que suelen adornar el labelo y los sépalos. En nuestra zona tienen una suave fragancia y presentan un espolón floral con orientación descendente. Son característicos el gran labelo y la galera o especie de casco que presenta la flor, así como las brácteas alargadas situadas entre los botones florales. Existe gran variedad cromática en las flores, desde tonos muy claros a otros muy intensos, incluso un ejemplar hipocromático que venimos siguiendo ha aparecido este año de nuevo.
Una verdadera pena da cuando no se aprovechan recursos naturales como las orquídeas silvestres para desarrollar un tipo de turismo de naturaleza que podría aportar un beneficio económico del que tan necesitada está la comarca natural de la Serranía de Ronda.