La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía desarrolla en la actualidad los trabajos de reparación de daños producidos por las lluvias torrenciales del pasado mes de octubre en los Baños Árabes de la calle Molino de Alarcón de Ronda; unas actuaciones en este Bien de Interés Cultural (BIC) que cuentan con un presupuesto de 194.120 euros.
Las obras se encuentran al cinco por ciento de ejecución y se prolongarán aún durante los dos próximos meses. El consejero de Cultura en funciones, Miguel Ángel Vázquez, ha destacado este lunes en un comunicado «el compromiso, la agilidad y diligencia de la Junta de Andalucía para garantizar la recuperación total y el disfrute de los baños árabes más grandes y mejor conservados de la Península Ibérica».
Los trabajos comenzaron con fecha 17 de diciembre de 2018 y la obra proyectada contempla la demolición del tramo de muro perimetral de mampostería que quedó en pie, pero desplomado, y en la reparación del muro de los jardines interiores que se derrumbó.
Para ello ha sido precisa la retirada de los restos de los muros de protección derruidos sobre el río Guadalevín y sobre el jardín del monumento, como consecuencia de la inundación por la crecida del arroyo de Las Culebras. Las obras incluyen también la reconstrucción de los tramos afectados.
Patrimonio histórico
Los Baños Árabes de Ronda se encuentran al este en la parte baja de la ciudad entre la confluencia del río Guadalevín y el arroyo de las Culebras. Una fuerte muralla los separa de ambos ríos. Su construcción data de los siglos XIII ó XIV. Sobre el murallón del este se eleva una torreta en la que aparece una caja de noria, desde ella el agua era conducida a través de un acueducto de mampostería hasta los baños.
Constan de tres salas, la mayor de ellas se encuentra dividida a su vez en tres naves separadas por arcos de herradura de ladrillo y cubiertas con bóveda de medio cañón que conservan sus tragaluces de estrellas de ocho puntas. La bóveda central de esta sala así como loas cupulitas de plantas octogonales situadas a ambos extremos, esta algo más elevada que las laterales. A través de puertas de arco de medio punto de ladrillo se pasa a las salas laterales, más pequeñas, cubiertas también con bóvedas de medio cañón: La situada al este tiene tragaluces e hipocausto y la del oeste conserva en un muro un hueco de tres metros en donde estaría la caldera y hasta donde debía llegar el acueducto y en el otro una subida de humos. A ambos extremos de esta sala se elevan sendos arcos de ladrillo. En el fondo existe una pila. Una puerta, tapiada en la actualidad, comunicaría con locales no excavados aún y por los que se entraría al baño.