Es un árbol de tamaño pequeño a mediano, originario de la región del Cáucaso,en el sudoeste cálido de Asia (Irán, Turquía).
Es un frutal emparentado con el manzano y el peral. Su fruto, llamado asimismo membrillo, es de color amarillo-dorado brillante cuando está maduro, con forma de pera, de 7 a 12 cm de largo y de 6 a 9 cm de ancho; su pulpa es dura y muy aromática. Los frutos inmaduros son verdes, con una densa pilosidad de color gris claro, que va perdiendo antes de madurar.
Sus hojas están dispuestas de forma alterna; son simples, de 6 a 11 cm de largo, con una superficie densamente poblada de finos pelos blancos. Las flores, que surgen en la primavera después de las hojas, son blancas o rosas, con cinco pétalos
El fruto se clasifica como climatérico, puede conservarse después de la cosecha hasta los dos e incluso tres meses después. Las condiciones óptimas de conservación son 0º C y una humedad relativa próxima a 90%.
El membrillo es demasiado duro, astringente y agrio de sabor por lo que no es usual comerlo crudo, a menos que sea escarchado, es decir preparándolo de modo que el azúcar cristalice. Se usa para hacer mermelada, compota y pudin, o puede pelarse para posteriormente asarlo. Su fuerte aroma hace que sea un complemento para añadir en pequeñas cantidades al pastel de manzana y a la mermelada, para potenciar el sabor. Se puede también producir vino de fruta del zumo estrujado de membrillos, una especialidad en países como Alemania y Polonia.
En España, hay regiones del archipiélago canario donde se suaviza su sabor sumergiéndolo previamente en agua de mar, de modo que éste resulte más apto al paladar; también es popular en toda España cocer el membrillo con azúcar a partes iguales, resultando la tradicional y afamada «carne de membrillo» o “dulce de membrillo” que se consume a menudo con nueces o acompañado de queso.
¿Cómo hacer rápido dulce de membrillo?
Ingredientes: 500 g de membrillos cortados en cuartos, 500 g de azúcar, 15 g de pectina (que se puede suprimir) y el zumo de un limón.
Se limpia con un paño la piel de los membrillos para quitarles los pelillos de la superficie. Seguidamente, y según gustos y la variedad de la fruta, los pelamos o los dejamos con la piel, después los cortamos en cuartos y les quitamos con el cuchillo el corazón. Seguidamente los picamos en trozos pequeños para que cuezan más rápido. Pesamos 500 gramos y los ponemos en una olla de fondo grueso con 400 gramos de azúcar. Los 100 gramos restantes los mezclamos con la pectina. Reservamos.
Ponemos a cocer durante quince minutos a fuego medio los membrillos con el azúcar manteniendo el hervor. Cuando pase el tiempo añadimos el azúcar con la
pectina, cocemos hasta que vuelva hervir, le añadimos el zumo de limón y mantenemos la cocción durante tres minutos más. Trituramos bien con una batidora de mano y volcamos en un recipiente hermético. Dejamos gelificar y pasamos al frigorífico. Se pueden añadir trozos de nueces cuando los dejamos gelificar.