Recuerdo a un profesor de FEN, formación del espíritu nacional, que dijo un día en clase que las cosas solo son tales en cuanto para tal la utilicemos, no creo recordar que lo dijera con esas palabras pero si claramente la idea era la misma; me costó un poco entenderlo, pero ahora comprendo claramente que un almanaque por ejemplo no tiene utilidad ni sentido para un bebé ni una cuna para una oficina, un ataúd para un vivo ni un televisor para un muerto. Son cuestiones de esencia.
Al lado de sonreír, sonllorar parece que significa algo aunque no tenga ningún significado porque simplemente no existe como vocablo. Solamente es por cuanto al lado de qué está. Pasa mucho en la vida los hombres que son lo que son por al lado de quien están, célebres conocidos y afamados por el amparo de sombras a las que han estado arrimados, otras solo dan oscuridad y penumbras que perjudican y postran a muchos infelices inocentes que rinden culpa de por vida por el hecho de haber nacido en una familia desestructurada. No es lo mismo haber nacido hijo de Jordi Pujol o de Manuel Chávez que hijo de una familia que cruza el estrecho en Balsa, sobre todo si lo que buscan es dinero en la vida.
El pegado a veces llega a tener más popularidad que el que ampara y sustenta. Érase un hombre a una nariz pegado, era un reloj de sol mal encarado, decían estrofas del soneto de Quevedo dedicado a su amigo Luís de Góngora.
Mucho merito tendrá aquel que se haya hecho así mismo, adagio que se utiliza para quien no ha tenido el amparo de familia ni de de nadie, en lugares donde la justicia está al lado del poderoso e influyente, porque donde hay poca justicia es un peligro tener razón, no lo digo yo, hace medio siglo lo decía Quevedo.
Ciertamente somos más hijos del tiempo que del lugar, las épocas marcan más a las personas porque según los tiempos que corran, será el aire que se respire, muchos de los articulo que se escriben en cualquier diario, darían con el cuello de su autor en la horca en tiempos de la inquisición, con el tiempo se puede conseguir todo lo que uno se proponga, dentro de lo posible como es natural, porque hasta las personas que se hacen así mismas pueden llegar a conseguir lo que han conseguido, y otras por nacer cuando han nacido puede que hayan ido muy de prisa y tengan que estar vendiendo los coches de lujo que tienen y ocultando sus cuentas en Suiza antes que la prensa y la justicia den cuenta de ellos.
Hay veces que contando mentiras se alcanza la popularidad: Por el mar corre la liebre, por el monte la sardianas, me encontré con un ciruelo… cargadito de manzanas, tralará.