Hoy en día, prácticamente todo se hace a través de internet. Nos comunicamos por internet mediante nuestros teléfonos móviles, vemos series a través de internet, jugamos gracias a internet, compramos mediante la red de redes, realizamos los trámites burocráticos mediante la página web de turno, etc…Y todo ello lo saben quienes intentan beneficiarse del desconocimiento de la sociedad sobre cómo protegerse en el mundo online. Lo bueno es que con unos simples pasos es factible protegerse de prácticamente todo lo malo que puede ocurrir en la red.
- Saber en qué webs entramos
- Poner contraseñas seguras
- No caer en la trampa del phishing
- Utilizar métodos de pago electrónico seguros
Saber en qué webs entramos
Esto es esencial si se suele entrar a internet a través del navegador, no a través de aplicaciones. Por eso, este consejo va destinado a aquellos que usen el ordenador día a día o de vez en cuando para realizar trámites, para comprar online o para jugar a través de internet.
Es esencial estar seguros de que la web a la que vamos, ya sea a comprar, a realizar un trámite o a jugar, sea la oficial, la que se busca, nuestro objetivo. Y que se sepa exactamente qué se va a encontrar. Para ello lo mejor es apoyarse en lo mejor que tiene la web, es decir sus usuarios. Estos suelen dejar opiniones en foros o en webs especializadas donde se puede comprobar qué tal es el site, qué productos tiene y si es de fiar.
Por ejemplo, si se quiere apostar lo mejor es tener una opinión realmente fiable, por lo que es beneficiosos consultar un análisis sobre bet365. O si se quiere comprar algo online, consultar una opinión sobre la tienda en cuestión. Hay muchas en internet y hay muchos foros y webs que se encargan de analizarlas profesionalmente y donde los usuarios también pueden opinar.
Poner contraseñas seguras
Actualmente todo el mundo tiene decenas de cuentas en diferentes redes sociales, en diferentes tiendas online, en la banca por internet, en el correo electrónico, en la app de hacer fotos del móvil…Todo está lleno de contraseñas. Esto a veces produce que mucha gente tenga la misma contraseña fácil de recordar en todas ellas, lo que es un fallo bastante grande. Poner una contraseña segura, es decir, difícil y compleja, es parte fundamental de la seguridad online y una forma sencilla de cubrirnos las espaldas.
Para ello, existen diferentes programas o incluso los propios sistemas operativos, que ofrecen la opción de guardar todas las contraseñas e incluso recomendar cual poner con el fin de que sean seguras pero no impliquen una molestia para el usuario cada vez que hay que ponerla. De esta manera, se pueden tener contraseñas diferentes y complicadas de adivinar de una forma sencilla y fácil.
No caer en la trampa del phishing
El phishing es, probablemente, el género de estafa que más se puede encontrar por internet, sin lugar a dudas. Y aunque parece un nombre muy técnico, no es ni más ni menos que una suplantación de identidad muy bien realizada. Normalmente, el phishing se utiliza para hacer creer al usuario que un correo electrónico o una página web pertenecen a una empresa de la que el usuario es cliente. Puede ser un banco online, una empresa de telefonía o una empresa de dispositivos tecnológicos.
¿Cómo funciona? El funcionamiento del phishing es muy sencillo y descubrirlo quizás aun más. Normalmente es a través de un corree electrónico en el que explican, con la imagen corporativa de la empresa, copiando exactamente los emails oficiales, que el usuario debe acceder a una web, también creada por los hackers, porque ha habido un problema. Normalmente solicitan el nombre de usuario y la contraseña para acceder. ¡Pero cuidado! No estamos en la web de la empresa a la que copian, si no en una creada específicamente para robarnos la contraseña.
Por eso mucha gente cae, porque lo hacen muy bien, y la imitación es perfecta. Pero hay algo que nunca podrán copiar, la dirección URL y la dirección de email de la empresa. Por tanto, para saber si estamos ante phishing o no, lo más fácil es ver quién ha enviado el correo o la URL de la página a la que vamos (es decir, mirar la barra de direcciones). Si este correo no es el oficial o la URL es bastante extraña, hay que desconfiar en seguida. Y en caso de duda, llamar a la atención al cliente de la empresa en cuestión para preguntar. Con este sistema, es muy difícil que el phishing afecte a nadie. Si todo el mundo lo llevara a cabo, desaparecería.
Utilizar métodos de pago seguros
La hora de pagar es la más importante y la que más prejuicios genera a os usuarios, sobre todo a aquellos que no están acostumbrados a comprar por internet. Sin embargo, si se hace con cuidado y atención el proceso es totalmente seguro.
Lo que se suele recomendar es realizar los pagos mediante un sistema electrónico de compra online como PayPal. Este sistema ofrece una seguridad al 100% en el procesamiento de pagos debido a que no se necesita poner el número de tarjeta en ningún momento. Además, la cuenta de PayPal se abrirá siempre en una ventana propia de la compañía y no en la página en donde se compra, por lo que el proceso se llevará acabo en su totalidad en un dominio de PayPal. ¿Qué permite esta forma de trabajar? Pues que la web en donde compramos no tenga nada que ver con el proceso y que, además, podamos usar cualquier ordenador, aunque no sea el nuestro, ya que no es necesario indicar el número de tarjeta (que ya está guardado en PayPal). Por tanto, aunque el PC o el portátil tengan algún tipo de malware que permita leer lo que tecleamos, no pondremos en peligro nuestros datos de cuenta bancaria ni los de la tarjeta.
En el caso de que sea más cómodo usar una tarjeta de crédito o débito siempre se recomienda tener una específicamente para las compras en internet, con el fin de que sea más factible saber si ha habido algún problema. Además siempre es mejor que tenga un sistema de doble autenticación, es decir, que el banco mande un SMS al móvil para continuar con el pago. Actualmente la gran mayoría de tarjetas lo tienen, pero siempre viene bien comprobarlo ya que puede evitar muchos sustos.
