Cultura y Sociedad

El actual monumento a Vicente Espinel en Ronda

El rondeño Vicente Espinel fue uno de los talentos más brillantes del siglo de oro, siglo de la grandeza de España en todos los órdenes de su desenvolvimiento social bajo los reinados de Carlos V y Felipe II. Con Cervantes y Lope de Vega, compartió Espinel los honores del triunfo, la admiración de sus contemporáneos y la protección de reyes y magnates

Monumento a Vicente Espinel situado junto a la Casa del Gigante.

Este trabajo es un pequeño homenaje a mi buen y docto amigo D. Rafael Aguilera que próximamente será nombrado Hijo Predilecto de Ronda.

El rondeño Vicente Espinel fue uno de los talentos más brillantes del siglo de oro, siglo de la grandeza de España en todos los órdenes de su desenvolvimiento social bajo los reinados de Carlos V y Felipe II. Con Cervantes y Lope de Vega, compartió Espinel los honores del triunfo, la admiración de sus contemporáneos y la protección de reyes y magnates.

Legítima es, por lo tanto, la creencia de que las generaciones posteriores, honrarían su memoria con aquellas manifestaciones externas que perpetúan el recuerdo del que dio gloria y nombre imperecedero a Ronda su ciudad natal, ser la patria de Espinel es un orgullo para cualquier ciudad; pero esto no se cumplió con el gran hombre rondeño, viniendo así a confirmarse el antiguo dicho de que nadie es profeta en su tierra.

Ronda, olvidadiza e indiferente a su memoria, no llegó á percatarse de que mientras ‘El Escudero Marcos de Obregón’, era leído y admirado dentro y fuera de España y se daba a los niños de las escuelas por libro de texto, no se cuidó de escribir en una mísera piedra algo que significara homenaje a su ilustre hijo.

Lo cierto es que, fallecido Espinel en Madrid el 4 de Febrero de 1624, piérdese todo rastro de su naturaleza en Ronda hasta 1796 en que un gran erudito rondeño, D. Juan Rivera Pizarro, Comisario del Santo Oficio y autor de las Conversaciones eruditas para la Historia de Ronda, colocó una más que modesta lápida con inscripción latina en la fachada de la humilde casa donde vivió “Vicente Espinel Gómez Adorno, Príncipe de los Poetas Líricos y Eminentísimo Músico”.

Sesenta años después en 1856, el Ayuntamiento, presidido por D. José María Abela Pinzón, tituló “Carrera de Espinel” a la antigua calle de los Arrieros, arteria principal de la Ronda moderna. Más adelante, se pensó levantar un monumento a iniciativa de los ilustres rondeños D. Rafael Atienza Huertos, Marqués de Salvatierra, y D. Cándido González Campos, idea desgraciadamente abandonada.

Una guía explica a los turistas la obra y vida de Vicente Espinel.
Una guía explica a los turistas la obra y vida de Vicente Espinel.

La idea del monumento a Espinel la retomó otro insigne rondeño, nombrado Hijo Predilecto e Ilustre, D. Juan Pérez de Guzmán y Gallo, quien en la revista literaria Ecos del Guadalevín, movió los impulsos de la opinión hacia el olvidado nombre; y lanzada la idea de elevar un monumento a su memoria fue acogida con mucho entusiasmo por el alcalde Excmo. Sr. D. José María Jáudenes y Carballo, del Ayuntamiento y de distinguidas personas de la localidad, que en 1876 se inauguró con gran solemnidad y que no duró mucho tiempo.

Pérez de Guzmán investigó en archivos y bibliotecas del Estado y de particulares y dio a conocer los orígenes familiares de Espinel, su vida de estudiante en Salamanca, de soldado en Francia y en Italia, de cautivo en Argel, de capellán del Hospital Real de Santa Bárbara de Ronda, de beneficiado de Santa María la Mayor, de Maestro de Capilla y después capellán mayor de la del Obispo de Plasencia, prosista, poeta, músico y cantor, protegido de la nobleza por su peregrino ingenio, todo, absolutamente todo, desde su nacimiento hasta su muerte, sin que nada falte.

Cuando en 1909 D. Antonio Madrid fue nombrado cronista oficial de la muy noble y muy leal ciudad de Ronda, se propuso volver a restaurar el monumento erigido en 1876 que había sido desmantelado y cuyas piedras habían llegado tras muchas vicisitudes a estar almacenadas en un lóbrego pasadizo del sótano de la antiquísima y desvencijada cárcel del partido. Para mover la opinión rondeña hacía el indulto y rehabilitación del despedazado monumento, escribió una crónica que publicó el periódico local La Democracia en 1910, que aunque fue muy leída y favorablemente comentada, nada positivo aportó a la. Sin desanimarse, puso en marcha una intensa campaña propaganda entendiendo que debía hablarse mucho de Espinel, de su vida y sus obras y de la importancia que su nombre tenía para Ronda.

Preparado así el terreno, publicó otro artículo titulado “Petición de indulto”, que publicó otro periódico local, El Eco de la Serranía, el 4 de Abril de 1914, esta vez se cumplió su objetivo, levantó el espíritu público ante la triste realidad del vergonzoso olvido: ese día nació el nuevo monumento a Espinel.

Entonces D. Antonio Madrid convocó en su casa una reunión a la que asistieron representantes de la Iglesia, dispuestos a enaltecer la memoria del que fue beneficiado de Santa María la Mayor, la autoridad local, significando su patrocinio a la idea del elemento militar, que veía en Espinel una evocación de los legendarios Tercios de Flandes y de Italia, literatos y hombres de carrera, personalidades preciadas en la Prensa rondeña, sin distinción de colores políticos, tomándose por acuerdo unánime el de alzar el nuevo monumento con elementos genuina y puramente rondeños, para que el homenaje revistiese el carácter marcadísimo de desagravio. De esa Junta particular y amistosa dio cuenta, entre otros, el periódico Fénix. Pocos días después recibía ese acuerdo su sanción popular en otra Junta magna celebrada en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento.

Ahora había que abordar la recogida de fondos que costeasen la obra proyectada.

La Comisión ejecutiva “Por Espinel”, que presidía el cronista, acordó no recurrir a una suscripción directa, toda vez que siendo este monumento el segundo, era lícito tomar en cuenta que ya este pueblo había respondido en anterior llamamiento al propio fin. Se organizó una velada literaria, acto brillantísimo que recaudó en parte los fondos necesarios para la realización del proyecto.

Respecto a otros recursos con que la Comisión creyó contar, la negativa, la excusa o el silencio, disiparon toda esperanza de auxilio por los Centros oficiales. En cambio, el Rey se apresuró a responder a la petición con importante cantidad, y no menos S.A.R. la Infanta Doña Isabel. Otras distinguidas personalidades y Corporaciones también oyeron el patriótico ruego, y a su vez el pueblo de Ronda llenó el Teatro Espinel la noche de la velada literaria de que se ha hablado, sumándose un total de ingresos de 2.351 pesetas 70 céntimos; y siendo la cuenta de gastos 351,70, pudo dedicarse a la construcción del monumento y pago del busto de Espinel, la cantidad de 2.000 pesetas. El anterior, el inaugurado el 23 de Abril de 1876, costó 1.625 pesetas, habiéndose recaudado por suscripción pública 1.586 pesetas y 25 céntimos.

Era ya urgente proceder a la construcción del nuevo monumento; a todo ello prestaba su apoyo el Excmo. Ayuntamiento, presidido por el Ilmo. Sr. D. Francisco Ruiz Pérez; y concedido permiso para su emplazamiento en la plaza que en adelante había de llamarse de Espinel, la Comisión acordó su construcción por el maestro lapidario D. Salvador García Astorga, y la del busto, al renombrado escultor rondeño D. Joaquín Rodríguez Illázquez, autor también del monumento de 1876. Terminadas que fueron las obras y preparado todo para el acto de su inauguración y entrega a la ciudad, se convocó al vecindario, autoridades de todo orden y personas notables. De lo que fue aquella solemnidad, de lo que constituyó una gran fiesta para la cultura, de cómo este pueblo se asoció al desagravio y homenaje de su ilustre hijo, el inmortal maestro Vicente Espinel, dan perfecta idea el acta oficial de inauguración y los periódicos locales Ronda-Algeciras, Fénix y El Eco de la Serranía. El número extraordinario que con tal motivo publicó el Fénix avalorado por valiosísimas firmas de hijos de Ronda y descendientes de la histórica ciudad, con una tirada de ochocientos ejemplares se agotó a las pocas horas. Así correspondió Ronda en complejas manifestaciones a lo que de ella debía exigirse tratándose de Espinel; las aspiraciones del artículo “Petición de indulto” estaban satisfechas modesta pero cumplidamente.

Esto es lo ocurrido en la erección del nuevo monumento a Vicente Espinel, desde su génesis hasta su terminación.

A pesar de los esfuerzos de investigación hechos por el cronista rondeño para precisar con verdad histórica la casa donde nació Espinel, el resultado fue infructuoso. (La casa existió, según la escritura de fundación de la Capellanía con que Espinel se ordenó de sacerdote, en una de las callejas actuales del sitio denominado las Peñas.)

Existe también el retrato al óleo de Espinel, que posee el farmacéutico D. Antonio González Mateos, heredado de su padre D. Cándido González Campos, notable anticuario. Es de tamaño natural, sin firma de autor, apareciendo Espinel vestido con negro traje sacerdotal y bonete a la cabeza, sentado tras de una mesa cargada de infolios, en cuyos lomos se leen El Escudero Marcos de Obregón, Rimas y algún otro título ininteligible, con algunos detalles alusivos a la Música y a la Poesía. En la parte inferior, a continuación del retrato, se lee lo siguiente: “Vicente Espinel, Beneficiado de Ronda y Capellán Real del Hospital de Santa Bárbara de dicha ciudad, donde nació el 28 de Diciembre de 1550. Escribió su vida, con el título de Relaciones del Escudero Marcos de Obregón, que publicó en un tomo en 4º. en Madrid el año de 1618, y en un tomo en 8.º sus Poesías en el de 1591, cuyas obras le han merecido los mayores elogios de los sabios de su tiempo. Hasta de presente se ignora el tiempo fixo de su muerte, que fue en la corte de Madrid”. Este cuadro debió pertenecer a D.Juan Rivera Pizarro, gran admirador de Espinel, lo que se deduce de hallarse en la casa que fue morada de dicho señor, y su busto ha servido de modelo al escultor Rodríguez Illázquez, para el que sirve de remate al monumento sustituyendo el tocado clerical con la simbólica corona de laurel.

La inscripción puesta en el nuevo monumento lacónicamente dice:

A

ESPINEL

RONDA SU PATRIA

1876

1914

¡Cuántos pueblos se encontrarán en igual caso! ¡Cuántos olvidos serán merecedores de reparación!

Ronda, 1º. de Septiembre de 1916.

ANTONIO MADRID MUÑOZ.

Declaro que lo que acabas de leer es un plagio resumido del artículo publicado en el número 69 del Boletín de la Real Academia de la Historia de noviembre de 1916, escrito por D. Antonio Madrid Muñoz, cronista que fue de la ciudad de Ronda. En mi descargo diré que los investigadores no nos podemos inventar lo que escribimos, nos tenemos que ceñir a los hechos que encontramos en documentos y otras fuentes y testimonios.


7 comentarios en “El actual monumento a Vicente Espinel en Ronda

  1. Francisco José Mendoza Valle

    Magnífico articulo, minucioso trabajo, y tan ameno como viene siendo costumbre en todo lo que públicas. Espero impaciente tu próximo trabajo. Enhorabuena por ser uno de los mejores historiadores, por no decir el mejor de toda la Sierra de Cádiz y Serranía Rondeña.

    • José Luis Sánchez Mesa

      Muchas gracias por tus amables palabras, hago lo que puedo con mi mejor voluntad.

  2. Cirilo García Morán

    Una magistral lección de historia la que nos brinda hoy D.José Luis Sánchez Mesa ,culto ,docto y entusiasta investigador ,y hombre entrañablemente afable.

    • José Luis Sánchez Mesa

      Cirilo gracias por dedicarme tu tiempo.

  3. JOSE MARIA GOMEZ ROMAN

    Espinel transformó la «décima» en Espinela y Lope le atribuyó el añadido de la «quinta» cuerda de la actual guitarra.
    Mi primera impresión ha sido que a Vicente Espinel le gustaba sumar fracciones.
    Bueno esto es sólo una «gracieta» de mi factoría, traída «por los pelos», que nace del interés que me despertó tu artículo y que me llevó de cabeza a la Wikipedia.
    No te rindas nunca, primo, porque tu buen hacer es fuente de cultura para la curiosidad histórica de tus fans and I am. Un abrazo.

  4. Manuel Jesús Ríos Román

    Un buen aprendizaje y ampliación de cultura general, tras leer esta interesante parte de la historia de Ronda, siempre nos sorprede mi buen y entrañable amigo José Luis Sánchez Mesa, no nos dejes sin esas historias que hacen ampliar nuestro particular mundo histórico. Un fuerte abrazo.

  5. José María Hermoso

    Gran artículo José Luis, un gran ejercicio de erudición y de revindicacion de la figura de Esquivel y por supuesto del trabajo de los cronistas locales.

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