Quizá el monumento más importante, y de más valor visual e histórico, que tiene la Ciudad del Tajo sea su muralla, rodeando toda la ciudad hay puntos donde Ronda está triplemente amurallada, estas murallas protegían de posibles ataques a los tres barrios con los que contaba la Ronda musulmana, la Ciudad (o Medina), el Arrabal Bajo y el Arrabal Alto.
En todo el perímetro amurallado se alzaban puertas, algunas se conservan y otras no; la principal entrada que tuvo Ronda hasta bien entrado el siglo XVI fue la puerta de La Puente que se levantaba junto al Puente Árabe, la ermita de San Miguel y los Baños Árabes, esta puerta estuvo en pie hasta 1906 cuando el cabildo municipal mandó derribarla ante el riesgo de desprendimientos.
La otra puerta por la que se entraba al Arrabal Bajo, o de San Miguel, era la puerta de la Mancebía, o de los Esparteros, que se conserva cerca de la iglesia del Espíritu Santo, esta puerta es la única no restaurada que queda en Ronda, habiendo sido aprovechada por edificaciones contiguas.
Para entrar al Arrabal Alto se podía hacer por la puerta de la Mancebía o por la de Almocábar, palabra que significa cementerio, una de las puertas más conocidas de la ciudad que daba acceso al cementerio que se extendía en lo que hoy es el Barrio de San Francisco.
Junto a ella, y antaño justo delante, se alza la puerta de Los Austrias, de época renacentista y cambiada de lugar por Pons Sorolla en 1965.
A la altura de la parte más alta de la Cuesta de las Imágenes se alzaba la puerta más monumental que tenía Ronda, la puerta de Las Imágenes, dinamitada por las tropas napoleónicas a su retirada de la ciudad.
En las Murallas del Carmen se alza otra de las puertas más conocidas de Ronda, la puerta de la Cijara que es una reconstrucción efectuada por Pons Sorolla dado que la puerta original se encontraba demolida, la actual está hecha a semejanza del Arco del Cristo.
Justo debajo de la Plaza del Campillo se alza una de las murallas más desconocidas para los rondeños, la muralla del Albacar, lugar donde se encerraba al ganado, donde hay dos puertas, el Arco del Cristo y la puerta del Viento, ambas restauradas ejemplarmente.
Como apuntaba Torres Balbás en 1944, junto con la Alcazaba, una de las asignaturas pendientes de Ronda es la reconstrucción de todas sus puertas para recuperar la monumentalidad pérdida en los devenires históricos que azotaron Ronda.