¿Está abandonada la Alameda del Tajo, el principal parque de Ronda?, pues pensamos que la respuesta es fácil de contestar. Únicamente hay que darse una vuelta por sus jardines, fuentes, estanques y paseos para comprobar las múltiples deficiencias que ofrece este gran pulmón verde de nuestra ciudad.
Nada más entrar por la puerta principal nos encontramos con arquetas de riego rotas; farolas dobladas, oxidadas y con los cristales destrozados; empedrados deteriorados; pintadas en los muros del paseo de Los Ingleses; bancos rotos; fuentes sin caudal de agua; maceteros sin plantas; columnas tumbadas o desaparecidas; fuentes del estanque trasero arrancadas y en el fondo del agua; solerías levantadas; bordillos destrozados; y un sinfín de desperfectos, Hasta a la estatua del creador del toreo a pie, el mítico Pedro Romero, que preside el paseo central, le faltan dedos en las manos.
Todos tenemos en la memoria la imagen del Angelito de la Casa del Guarda roto y caído en una fuente vacía. Una suerte parecida sufrió su gemelo, situado en el otro lado del parque. Fueron restaurados y al poco tiempo le volvieron a arrancar un dedo a uno de ellos.
Recientemente, en un Pleno Municipal, el Partido Popular presentó una moción para que se dotase de una vigilancia permanente a la Alameda, para en la medida de lo posible evitar los actos vandálicos. El Gobierno Tripartito (PSOE, PA e IU) se opuso, al considerar que ya se había diseñado una estrategia para vigilar el parque. Pasado un mes desde entonces, allí no hay nadie guardando la Alameda.
Los parques públicos son como un coche, si vas dejando las pequeñas averías sin arreglar, llegará un momento en que el elevado coste que supondrá devolverlo a su estado perfecto, no permitirá hacerlo. Así, que lo mejor es, desde ya, poner medidas y buscar soluciones para que nuestra Alameda siga siendo ese lugar de encuentros, de paseos, de amores, de paisajes y de vegetación. Un lugar en el que tanto pequeños y mayores, residentes y turistas puedan disfrutar de un paraje inigualable.
Muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Esperemos que no ocurra lo mismo con la Alameda. Aún estamos a tiempo, después será momento de lamentaciones. Y si no recuerden lo que pasó con el Teatro Vicente Espinel.
Ana garcia vargas.
Es una lastima leer lo mal que esta la alameda yo la recuerdo muy a menudo i si algun dia vuelvo me gustaria verla tan bonita como yo la veia.