El hombre que ha sido juzgado hoy en el Tribunal de lo Penal número 1 de Málaga y que estaba acusado de de los delitos de homicidio por imprudencia grave y contra la seguridad del tráfico, por arrollar a dos ciclistas rondeños en la carretera A-384 en el término municipal de Campillos en 2013, ha aceptado una condena de dos años y medio de cárcel, reconociendo de esta forma ser el autor de los hechos.
Aunque en un principio la Fiscalía le pedía una condena de tres años y medio, finalmente tanto la acusación pública como la particular, y la defensa del denunciado, han alcanzado un acuerdo para que entre en prisión durante un periodo de dos años y medio.
También se ha decretado la retirada del carné de conducir durante un periodo de seis años.
Los familiares, que han asistido al juicio, afirmaron tras el mismo que no han tenido más remedio que aceptar este acuerdo para garantizar la entrada en la cárcel del autor de los hechos.
Aunque la magistrada tendrá que dictar una sentencia, que recoja los hechos admitidos y la pena, tras reconocer los hechos, al acusado se le han impuesto dos años y medio de prisión por dos delitos de homicidio por imprudencia grave y un delito contra la seguridad del tráfico, estando los dos primeros en concurso ideal.
Además, se ha acordado la privación del permiso de conducir vehículos de motor durante seis años y la pérdida inmediata de la vigencia del mismo. En cuanto a la responsabilidad civil, las familias han hecho expresa reserva de acciones por la vía civil.
La hermana de uno de los fallecidos ha declarado a los periodistas a la salida del juicio que «por miedo a que ni tan siquiera pisara la cárcel, hemos tenido que aceptar lo que nos han dado. Era el acuerdo que queríamos, que era que por lo menos afirmara lo que había hecho y que pise la cárcel». Así, ha pedido a todos los españoles «que luchemos por unas leyes justas».
La mujer de ese fallecido ha señalado que «por lo menos que pise la cárcel, que haya un poco de justicia, por no verle la cara, por eso hemos tenido que decir vale». «No hay justicia, no nos van a devolver a ninguno, si sabes lo que has tomado y coges el coche es como ir con una escopeta en la mano», ha indicado.
Hechos
Los hechos sucedieron el 10 de febrero de 2013, cuando el acusado, según el escrito del ministerio público, conducía un vehículo con sus facultades mermadas “debido a la ingesta de alcohol y sustancias psicotrópicas”, lo que suponía “lentitud de reflejos, reducción del campo visual y alteraciones de la percepción”. Estos efectos, según la acusación pública, “limitaban gravemente en el acusado su aptitud para el manejo del vehículo a motor” y a consecuencia de ello “invadió el arcén del margen derecho por donde circulaban los ciclistas, colisionando por alcance con los mismos”, sin percatarse de su presencia, “embistiéndolos y lanzándolos por el aire hasta caer al suelo”.
El acusado, señaló el ministerio fiscal, no accionó “en ningún momento” los mecanismos de dirección y frenado, dando 0,49 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la primera prueba y 0,51 en la segunda, además de positivo en anfetaminas y MDMA, según las conclusiones provisionales presentadas en su momento ante el juzgado correspondiente.
Además, presentaba otros síntomas, como pupilas algo dilatadas, habla y deambulación titubeante, rostro congestionado, ansiedad y halitosis alcohólica “notoria” a distancia, apunta la acusación pública en su calificación inicial.
Debido al fuerte impacto, uno de los ciclistas sufrió traumatismo craneoencefálico y el otro, politraumatismo, falleciendo ambos en el mismo lugar del accidente.
Se da la circunstancia de que los dos ciclistas fallecidos eran unas personas muy queridas y conocidas en la ciudad y mantenían una gran afición por este deporte.