Este burgalés de ascendencia riojana parece tener claro como quiere que sea su pregón. A medida que se acerca la fecha se muestra un poco más nervioso, aunque se reconoce hombre de carácter tranquilo y espera que eso le ayude a la hora de subirse al escenario del auditorio de Blas Infante para convertirse durante unos 40 minutos en el gran protagonista de la Feria y Fiestas de Pedro Romero, en la que a través de su Pregón ve la Ciudad Soñada un hombre que lleva muchos años trabajando por ella.
¿Cómo surgió la posibilidad de ser el pregonero?
Fue durante una mañana como otra cualquiera. Me vi con Vicente Becerra para tratar otros temas, igual que otras veces, y en mitad de la reunión me lo soltó. Es un reto y una gran responsabilidad, porque yo sé que en Ronda esto se toma con mucha seriedad. Y así espero tomármelo yo también, con seriedad.
¿Ha tenido tiempo suficiente para preparar el pregón?
Bueno, para estas cosas nunca hay tiempo suficiente, porque primero diseñas una idea, le das forma y la repasas y después la tiras a la basura y vuelves a empezar. Siempre intentas darle el mayor desarrollo a la idea que tienes. Pero yo creo que los de fuera quizá tenemos una visión diferente de Ronda y eso es lo que yo quería plasmar en el pregón.
¿Cuántas veces lo ha empezado de cero?
En realidad no lo he reiniciado totalmente. Ha habido una idea de la cual he partido y es esa idea la que ha ido madurando poco a poco. Tampoco he tenido mucha prisa, porque Vicente Becerra me lo dijo con casi tres meses para depurarlo con tranquilidad. Y eso es lo que he hecho. Esto no a ser ni un best-seller ni un Premio Nobel. Se hará lo que se pueda, y lo único seguro es que se hará desde todo el sentimiento y el cariño.
El sector del vino es uno de los más pujantes en Ronda. ¿Cree que su nombramiento es también un guiño a todos los bodegueros rondeños?
Yo creo que sí. Además de la amistad que nos une y la consideración que Vicente Becerra tiene hacia mí, pienso que esto es un reconocimiento hacia todo un sector que está en auge y que estamos intentando recuperarlo y que funcione bien. Así que creo que es un reconocimiento a la labor del sector vitivinícola de Ronda.
¿Van a estar presentes los vinos en su lectura?
Sí, como no. Los vinos son parte de Ronda ahora mismo y por supuesto parte de mí. Así que aunque sea un poco, tengo que hablar de los vinos. Pero tampoco van a ser los protagonistas del pregón.
Pero en la feria el vino sí es protagonista.
Sí, en la feria el vino es uno de los protagonistas. Y en Ronda ha sido protagonista desde las tabernas antiguas hasta el olor a mosto cuando se hacía la vendimia. Ahora ha hemos cambiado un poco el concepto porque los vinos tintos no tienen nada que ver con lo que se hacía antes pero indudablemente la historia sigue ahí. La feria es un momento para que todos dejemos aparcada la crisis y los malos momentos que estamos pasando y disfrutemos de todo esto y por supuesto de los vinos.
¿Le ha resultado difícil hacer un pregón a una ciudad como Ronda, que tiene una gran diversidad histórica y cultural?
La verdad es que no he pensado demasiado en la complejidad. Tenía una idea y esa es la que he plasmado. No sé si gustará a todo el mundo o no, pero tampoco pretendía ni superar el anterior pregón ni hacer algo según el estadillo de lo normal ni desarrollar una idea preconcebida. Simplemente quería aportar mi granito de arena y poco más.
¿Ser de fuera le ha supuesto una mayor facilidad para elaborarlo?
Indiscutiblemente es cierto que tenemos una visión diferente, es lógico. Y por eso quizá no estemos anclados en los tópicos que todas las ciudades tienen, así que lo que pretendo es ofrecer el punto de vista de la gente que llegamos de fuera y que llevamos trabajando aquí un tiempo y nos consideramos rondeños también, aunque vemos las cosas desde una óptica diferente.
Los últimos pregoneros han contado con ayuda sobre el escenario. ¿Va a seguir usted con esa línea?
No, va a ser un pregón al uso, sin más. Yo no entiendo el pregón como un gran acontecimiento. Creo que más bien se trata de hablar de la ciudad y de dar una opinión sobre ella, pero no quiero que mi pregón se convierta en un espectáculo. Yo al menos no lo veo así.
¿Ha contado con ayuda para plasmar alguna información más especializada, como datos históricos?
Sí, tengo grandes amigos que me han aportado suficiente bibliografía como para poder desarrollar el pregón. Ha sido muy interesante porque ha supuesto una inmersión en la historia de Ronda, pero tampoco se puede decir que me haya servido de mucho, porque para aprender la historia ya están los libros, esa no es mi intención. No creo que tenga que ser yo, el pregonero de este año, quien enseñe a los rondeños qué es cada cosa en Ronda y qué valor tiene. El pregón no va a ir por ahí. Pero aún así me he documentado bastante y hay mucha gente que me ha ayudado, por supuesto, más por el miedo que por otra cosa.
Parece usted tranquilo, y eso es una garantía a la hora de afrontar un pregón, porque el público estará muy pendiente de cada palabra.
Claro, esa es la parte más complicada. Creo que todos podemos tener más o menos inspiración o mejores o peores ideas a la hora de redactar un texto pero luego lo complicado es no sólo leerlo, sino transmitirlo a alguien que está expectante a vete tú a saber qué. Entonces me gustaría estar lo suficientemente tranquilo para que la gente entienda la idea que quiero transmitir.
¿Se lo ha leído ya alguien?
No, todavía no lo he leído. Se lo leeré a alguien de confianza para dar los últimos toques, pero no quiero que haya interferencias de momento.
¿Cómo se lo ha tomado su mujer?
Está muy ilusionada y expectante, porque yo suelo ser bastante reservado y eso añade más morbo al tema. Pero se lo ha tomado muy bien, le tiene mucho cariño a Ronda.
¿Va a añadir algún toque de humor?
Yo soy castellano y los castellanos somos bastante austeros y serios. Así que va a tener más bien poco humor.
