Unos minutos después de las 10 de la noche del Jueves Santo, el municipio de Parauta celebró la procesión de Nuestro Padre Jesús y la Virgen de la Soledad. Los tronos, engalanados para la ocasión, fueron portados por vecinos y vecinas de la localidad partiendo desde la Iglesia de la Inmaculada Concepción, histórico templo construido en el siglo XVI.
El recorrido de las imágenes discurrió por el bello entramado urbano de la Parauta, de calles estrechas y casas de un blanco impoluto, lo que confirió un carácter muy singular al desfile procesional. Un numeroso público, tanto vecinos como visitantes que han acudido al pueblo en estas jornadas festivas, quisieron acompañar a la procesión de Nuestro Padre Jesús y la Virgen de la Soledad, cuyo momento más emotivo fue conocido como “Paso”, nombre que se le da al encuentro que se produce entre ambas imágenes en la plaza del pueblo después de que, para llegar hasta ese punto, los tronos fueran portados por diferentes itinerarios.
Tras más de una hora en las calles y en un ambiente cargado de solemnidad, las imágenes de Nuestro Padre Jesús y la Virgen de la Soledad regresaron al templo entre los aplausos de todos los presentes.