El concepto cotidiano de “día” está relacionado con el término astronómico de “día solar medio”, base del tiempo civil, que es la longitud promedio (86.400 segundos) del intervalo entre dos tránsitos sucesivos del Sol a través del meridiano del observador, es decir, la rotación de la Tierra con respecto al Sol. Si viviéramos en el planeta Marte la duración del día sería similar al terrestre, exactamente 24h y 37m. Sin embargo, en Venus el día sería interminable ya que duraría la friolera de ¡5.832 horas! y en Júpiter disfrutaríamos de días demasiado cortos (9h y 55m). Pero, como aún está muy lejana la fecha en la que el ser humano habite otros planetas, nos conformaremos con nuestros días de 24h que en algunos países se convierten en 23 o 25 horas cuando cambian de horario. Esta medida la llevan a cabo unos 75 países en todo el mundo para ahorrar energía al aprovechar más la luz diurna, aunque cada vez son más los detractores a esta disposición. Japón es el único país industrializado que no se ha adaptado a esta normativa.
La idea de aprovechar la luz diurna comenzó a gestarse, en cierta forma, en el año 1784, cuando Benjamín Franklin, embajador de Estados Unidos en Francia, publicó anónimamente y sarcásticamente una carta en Le Journal de París en la que proponía tres medidas básicas: Gravar a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones, regular el consumo de cera y velas y hacer repicar las campanas de las iglesias al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora. En 1905, el constructor inglés William Willett concibió el llamado horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando se sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día estival. Pero fue a raíz de la Primera Guerra Mundial y con el propósito de ahorrar combustible, cuando kaiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del cambio de hora el 30 de abril de 1916, que también se aplicó a sus aliados y las zonas ocupadas. Posteriormente el cambio de horario sufrió muchas propuestas, ajustes y revocaciones, pero tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial fue abandonado. En 1974, el horario de verano comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, tras la “Crisis del Petróleo”.
En el pasado cada provincia española podía utilizar la hora local correspondiente a su meridiano, pero con la aparición del ferrocarril y el telégrafo hubo que unificar para todo el territorio nacional la misma hora. En un principio se eligió para paliar este problema que la hora oficial de España sería el del meridiano de Madrid (3º 41′ Oeste); más tarde, en el inicio del siglo XX, se fija para todo el territorio español la Hora del Meridiano de Greenwich (0º) también llamada GMT (Greenwich Mean Time) u hora UT (Universal Time) que es una hora de referencia estándar en todo el mundo. No es hasta casi dos décadas después, cuando el 15 de abril de 1918, se introduce en España el concepto DST o Daylight Saving Time, llamado comúnmente “horario de verano”, y que es la convención por la que se adelantan los relojes para que las tardes tengan más luz diurna y las mañanas menos. Los años de 1920 a 1923, 1925 y de 1930 a 1936 no se realizó cambio alguno en el horario. Durante la Guerra Civil Española se realizaron cambios de hora en diferentes fechas según fuera en la Zona Republicana o en la Zona Nacional. Algunos expertos piensan que el poco estudio que se ha realizado sobre este hecho, ha llevado a veces a errar a los investigadores cuando comparaban los documentos e informes de ambos bandos. Las diferencias horarias fluctuaron entre la igualdad en ambas zonas, como en el año de 1936 por ejemplo, o las dos horas de diferencia que llegó a haber el 2 de octubre de 1938.
El 16 de marzo de 1940, a las 23:00 horas, se realiza un cambio importante en España, al pasar a la Zona Horaria CET (Central European Time) adoptando como hora oficial la del meridiano 15º Este, es decir, el Tiempo Universal o GMT sumándole una hora (GMT+1). Los años 1941, 1947, 1948 y el período entre 1950 y 1973 no tuvieron cambio de horario en España. Actualmente existen proyectos de volver a la Hora del Meridiano de Greenwich al igual que en las Islas Canarias o países como Portugal y Gran Bretaña. Referente a la salud, los expertos opinan que el cambio de horario afecta principalmente al reloj biológico y puede provocar trastornos en el sueño, aunque consideran que es algo temporal que se suele superar en 2 o 3 días.