Eléctrica Fontalba, uno de los establecimientos más tradicionales y con solera de Ronda cerrará sus puertas al público en los próximos días, poniendo de esta forma fin a más de 65 años de servicio a los vecinos de la Serranía.
Quién no ha pasado alguna vez por Fontalba para comprar una tostadora, una sartén o una cafetera, o bien para reparar la plancha o un secador de pelo. Ahora, este comercio tan querido en Ronda dejará de funcionar como consecuencia de la enfermedad de uno de sus propietarios.
En 1951 iniciaba su andadura Eléctrica Fontalba, siendo capitaneada esta empresa por los hermanos José y Rafael Fontalba Marín, quienes comenzaron su actividad vendiendo material eléctrico. Y es que según recuerda Rafael, en aquellos tiempos en Ronda casi nadie tenía aún electrodomésticos, que fueron llegando a la ciudad poco a poco y con el paso de los años.
Después, con tiempos más modernos, empezaron a venderse las primeras neveras de hielo (en las que se introducían barras de hielo de gran tamaño), batidoras, ollas a presión y, por fin, las neveras eléctricas.
Más tarde, llegó a ser tan importante el número de ventas de electrodomésticos, que Fontalba tenía a más de 40 representantes en los distintos municipios de la Serranía, que eran las personas que les realizaban los encargos de sus vecinos.
En los años 50, 60 y 70, los rondeños, que en su mayoría tenían escasos recursos económicos tenían que adquirir estos productos a plazos. Entonces no había bancos que te financiasen las compras, por lo que “nosotros directamente le abríamos una cuenta a nuestros clientes, que iban pagando la radio, la nevera o la hornilla a plazos de 30, 40 o 50 pesetas al mes”, recuerda Rafael, quien además añadió que “todo el mundo, por muy ajustado que estuviese, cumplía su compromiso y saldaba la cuenta”.
Durante todo este tiempo fue el establecimiento abastecedor del Patronato Militar Virgen de la Paz, de la Legión e, incluso, de hospitales andaluces. Uno de sus clientes más fieles fue el torero Antonio Ordóñez, quien además mantenía una especial amistad desde que era niño con los hermanos Fontalba, con los que compartió pupitre en el colegio.
En estos años atrás ha sido habitual ver a sus dos trabajadores: Antonio García Moreno y a Antonio Jesús Guerrero Bravo, atendiendo con su tradicional simpatía a todos los clientes que se acercaban a esta tienda.
Ahora con nostalgia y recuerdos Fontalba cierra sus puertas. En la memoria de los rondeños seguirá estando este emblemático comercio local. Muchas gracias por hacer más grande Ronda.