Recientemente se ha iniciado en Cartajima la IX edición de la Escuela de Verano; una iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento de la localidad, que se prolongará hasta finales del mes de agosto y que goza de gran aceptación por parte de los vecinos del municipio.
Irina y Miguel Naranjo, monitores de la Escuela de Verano de Cartajima, han explicado que en estos momentos sólo están asistiendo doce niños, aunque este número aumentará hasta la veintena durante el mes de agosto, una cifra más que considerable si se tiene en cuenta la escasa población de la localidad.
Esto es debido, fundamentalmente, a que muchas familias cartajimeñas residentes en otros lugares vuelven al municipio durante el periodo vacacional, por ello, se da la circunstancia de que un alto porcentaje de los niños apuntados a la Escuela de Verano viven habitualmente en otros países, como Francia e Inglaterra, a los que habría que sumar las dos niñas de origen ruso que desde hace unos meses residen en Cartajima junto a sus padres tras el llamamiento realizado por el Ayuntamiento y el CPR Alto Genal para evitar el cierre de la sede del colegio en la localidad.
Los monitores han indicado que las actividades que se desarrollan en la Escuela de Verano de Cartajima tienen lugar durante todas las mañanas y son de carácter educativo, lúdico y deportivo ya que, por ejemplo, se imparten clases de apoyo, se realizan manualidades y juegos, ensayan una actuación teatral para la feria y, además, aprovechando los diferentes lugares de procedencia de los pequeños, se llevan a cabo actividades para que se comuniquen entre ellos en distintos idiomas. También, durante una hora cada mañana, los niños son acompañados hasta la piscina municipal, donde aprenden a desenvolverse con soltura en el medio acuático con la ayuda de un monitor de natación.
Por otro lado, Irina y Miguel Naranjo han comentado que los objetivos principales de la Escuela de Verano de Cartajima son que los niños refuercen lo aprendido durante el curso lectivo a la vez que se divierten, crear vínculos de amistad entre ellos y que sus padres puedan disponer de tiempo para sí mismos durante las vacaciones.
Para finalizar, los monitores han añadido que la Escuela de Verano es una iniciativa muy positiva para Cartajima ya que, además de ofrecer una alternativa de ocio para los pequeños a un precio económico, contribuye a crear dos puestos de trabajo durante la época estival en el pueblo.
