E l intento de cambio de la meta de los 101 kilómetros de la Legión, tan inoportuno como efímero en su duración, ha suscitado la polémica sobre quién intentó que la llegada de la prueba deportiva más emblemática de las que se celebran en la Serranía y una de las más importantes de cuantas se realizan en nuestra provincia, cambiara de ubicación.
Aunque desde el Ayuntamiento se ha querido trasmitir la sensación sobre la posibilidad de que la idea hubiera partido de la Legión, la realidad es que nadie cree que haya sido el IV Tercio el impulsor de una idea que ha sido corregida por una iniciativa en las redes sociales que ha tenido un abrumador apoyo popular.
Es cierto que en la Alameda se ha gastado mucho dinero en una remodelación que al final ha quedado bastante bien, yo mismo cambié de criterio sobre el asunto, al principio me mostraba bastante receloso, por lo que es prioritario cuidar lo realizado y evitar posibles daños en algo que es patrimonio de todos, pero de ahí a quitar a los participantes los gloriosos momentos que viven en su paso por El Puente Nuevo y la llegada en pleno centro de la Ciudad del Tajo va un abismo.
Ambas cosas son compatibles y aunque el barrio de San Francisco hubiera sido un magnífico escenario para la finalización de la mítica prueba, no hay que cambiar las cosas que funcionan bien y no hay que arrepentirse por dar marcha atrás en una decisión que a todas luces era un error.
En todo caso, bien lo que bien acaba y ahora sólo nos queda esperar y disfrutar de una prueba que el gran trabajo de la Legión ha convertido en un ejemplo de evento deportivo envidiado por muchas ciudades españolas.