El portavoz de Izquierda Unida en Ronda, Álvaro Carreño, reconoció en público que su formación se encuentra inmersa en estos momentos en un debate interno para decidir si entablan oficialmente una negociación con PSOE y PA para conformar un gobierno alternativo al actual que preside la popular, María Paz Fernández.
Aunque al inicio de la legislatura las bases de la coalición de izquierdas rechazaron de forma abrumadora el iniciar unas negociaciones, ahora desde la dirección se cree que deben tomarse medida para lograr que la ciudad avance, al considerar que el Gobierno del PP se encuentra situado en el “inmovilismo” y dejando fuera de los asuntos importantes a los partidos de la oposición a pesar de que no tiene mayoría en el Pleno.
De momento, el posicionamiento de la coalición de izquierdas es un tanto ambiguo, ya que, aunque se abre este “periodo de reflexión”, niegan que los contactos que se mantienen con el PSOE sean encaminados a negociar una moción de censura, circunscribiéndolos únicamente a una “vía de exploración” para que la militancia tenga datos con los que decidir si dicha opción supondrían un cambio en el rumbo actual de la ciudad o si simplemente se trataría de “un cambio de caras”.
Pobreza energética cero o el PGOU en un año son algunos de las cuestiones
Fuentes de IU reconocen que están teniendo un debate “complejo”, y es que entre sus integrantes no se tiene nada claro que apostar por un gobierno con socialistas y andalucistas conduzca realmente a generar un cambio en la situación de estancamiento en la que creen que se encuentra Ronda. Éstas fuentes aseguran que en estos contactos previos con los socialistas se busca concretar su nivel de compromiso con determinados proyectos, su fecha de puesta en marcha y de dónde saldría la financiación para los mismos. “Nos tienen que ilusionar y convencer de que va a ser para algo”, asegura una de las fuentes consultadas, que cree que estos momentos el rechazo a presentar una moción de censura sería muy mayoritario.
Además, en la coalición afirman que sería un proceso abierto al debate de la militancia y no descartan sacarlo a la calle, tras lo que deberían pronunciarse las bases sobre si se abre una negociación oficial sobre el programa, tras lo que quedaría también cerrar la composición del Gobierno municipal.
Todo este proceso se insiste que tendría que ser sometido al visto bueno de la militancia en cada una de las partes en las que se dividiría, siendo siempre la militancia la encargada de dar el visto bueno.
Mientras tanto, la portavoz del grupo municipal andalucista, Isabel Barriga, se mostró dispuesta a apartarse y renunciar si una de las exigencias para formar un “gobierno de izquierdas” es que ella se aparte y sus compañeros de partido así se lo piden. Un posicionamiento que se deriva de las malas relaciones que en la actualidad mantiene con algunos integrantes de la coalición de izquierdas y que podría hacer que fuese una de las condiciones, al igual que ya se exigió la retirada de uno de los concejales socialistas.
El rumor sobre contactos de una posible moción de censura se viene produciendo desde hace varios meses, aunque los rumores se intensificaron tras la unión de todos los partidos de la oposición para tumbar el convenio para la construcción de la almazara de Philippe Starck.
Desde aquel momento comenzaron a aparecer las primeras opiniones públicas de diferentes representantes de formaciones políticas, que apuntaban a una supuesta intransigencia por parte de la alcaldesa rondeña a la hora de negociar con el resto de partidos políticos.
Un argumento que desde el Gobierno consideran que no es cierto y que se mantienen abiertas las vías de diálogo con los distintos partidos de la Corporación. Además, fuentes del Gobierno local ponen como ejemplo las numerosas negociaciones y reuniones que se están manteniendo sobre el proyecto de la almazara ecológica.
A pesar de ello, las declaraciones públicas de los distintos portavoces municipales han coincidido en resaltar este asunto y aseguran que desde el PP no habían entendido que necesitaban emplear mucho más la negociación a la hora de gobernar la ciudad y plantear los asuntos municipales. Eso sí, un cambio de giro en la actitud de los populares también podría frenar una posible moción si algunos grupos constatan que es “real”.