Aunque la realidad económica es la que es, complicada y de difícil solución, parece que una de las mediadas en las que ha acertado el gobierno del Partido Popular ha sido en la de poner en marcha “el plan de pago a proveedores” que va a suponer, lo está haciendo ya de hecho, la puesta en circulación de unos 30.000 millones de euros que las distintas administraciones debían a sus suministradores.
En Ronda hay que reconocer que el equipo de gobierno ha mostrado una diligencia extrema a la hora de acogerse a dicho plan, muchos ayuntamientos se han quedado en el camino y otros todavía tienen problemas para integrase en el mismo, y parece que los efectos positivos no se han hecho esperar.
Los casi seis millones de euros que ya han comenzando a cobrar las distintas empresas acreedoras de las anteriores corporaciones pueden ejercer un efecto balsámico sobre muchas de ellas, que en caso de un mayor retraso se hubieran visto abocadas al cierre. Este efecto se puede y se debe traducir en una mayor actividad económica que esperemos produzca los efectos deseados en la reducción del número de parados de nuestra ciudad, que sigue siendo el problema que más nos acucia.
En este caso la agilidad de la administración local en cumplir los deberes que se le marcaron ha tenido un efecto positivo que esperemos, dure.
