El ‘Bosque de cobre’, como se ha denominado este año a los castañares del Valle del Genal en una campaña de promoción, ya cuenta con su característico color rojizo que tan popular le está haciendo. Los municipios que se ubican dentro de las casi 4.000 hectáreas de castañar de este valle de la comarca rondeña han comenzado a recibir a cientos de visitantes que quieren recorrer los diferentes senderos públicos que discurren entre los castañares.
Cámara en mano, las parejas, pequeños grupos y hasta grupos con más de una veintena de personas, ya han comenzado a plasmar con sus cámaras de fotos una imagen que solo se produce una vez al año, y que habrá que esperar hasta el próximo otoño para poder volver a disfrutar de un paisaje multicolor que hace las delicias de grandes y pequeños.
La fama de la belleza del rojizo castaño transciende las fronteras de la provincia de Málaga y son habituales las excursiones de senderistas procedentes de provincias próximas como Cádiz o Sevilla. De hecho, algunos son verdaderos expertos en los senderos de la zona y llevan más de una década visitando el Valle del Genal durante esta fecha. “Queremos rematar unas zonas que nos quedan”, explica uno de los componentes de una pareja procedente del Campo de Gibraltar que lleva bastantes años recorriendo los diferentes senderos.
Botas, zapatillas de deporte, ropa cómoda para caminar, algo de abrigo, bastones, mochila y cámara de fotografía, es la indumentaria que más se remite estos días en mitad de los castañares, tomando así el relevo de los jornaleros que hasta hace solo unos días cargaban con los sacos de las preciadas castañas.
Precisamente, las castañas que han quedado desechadas en el suelo durante la cosecha también son objeto de deseo, y es que entre los excursionistas tampoco se desaprovecha la oportunidad de degustar alguno de los frutos que van encontrando en su recorrido. “Este año parece que hay más castañas en el suelo”, comentaba una de las visitantes que había optado por transitar por el camino que conduce entre Pujerra y Estepona.
De momento, los amantes de la naturaleza todavía tendrán varias semanas para disfrutar del paisaje, a pesar de que los temporales de lluvia y viento han dejado algo marchitas las hojas de algunos castaños. En todo caso, las imágenes que se puede captar siguen siendo espectaculares.
Además, muchos de los grupos aseguran que entre sus planes incluyen el comer en alguno de los restaurantes de los pueblos integrados en el castañar. “No puede haber cosa mejor que dar un paseo por este paisaje y al regreso comer comida casera de la zona”, afirmaba Jorge. Otros prefieren tirar de bocadillo y disfrutar de la comida en pleno bosque mientras contemplan los verdes, amarillos y rojizos que se presentan ante sus ojos como una fotografía de postal.