En nuestra antigua sociedad celta el año nuevo se celebraba con el fin de la recolección de las cosechas, la primera estación del nuevo año era conocida como la estación oscura, los actuales meses de Octubre y Noviembre. En esas fechas los celtas creían que los antepasados difuntos podían abandonar su mundo ultra-terreno para reunirse de nuevo con sus parientes vivos y para ello tenían por costumbre dejar alimentos en las puertas de sus casas y luminarias vaciando calabazas. Es decir que con Halloween, que significa todos los santos, tenemos un suceso parecido a la Navidad, una cristianización de una antiquísima celebración pagana.
Para nosotros, familiares de las víctimas asesinadas por el franquismo, el día 1 de Noviembre viene significando el recuerdo y la memoria de nuestros seres queridos hechos desaparecer sin que supiéramos qué había sido de ellos. Algunos, a duras penas tuvimos pronta, clandestina e incierta noticia de que nuestros padres, nuestras madres, abuelos, tíos u otro familiar que los falangistas se habían llevado a la fuerza y sin razón alguna, pudieran haber sido fusilados en la tapia del cementerio y arrojados a una de las fosas que habían abierto en el campo adyacente.
Son tantos años de sufrimiento por el desconocimiento, de tortura por la propaganda nazi-franquista, de dolor por la injusticia cometida que no comprendemos ni aceptamos que ahora después de 40 años de poder de una dictadura mafiosa y otros 40 años de una aparente democracia el Estado siga negándonos la posibilidad de recuperar a nuestros familiares, que se sepa la verdad, se haga justicia y se repare el inmenso daño causado a todos, tanto a familiares como a la sociedad española.
El pasado día 3 de este mes estuve en el Ayuntamiento de Madrid en la asamblea de la Plataforma por la Comisión de la Verdad. Pasa el tiempo y no se consigue que esa comisión se constituya como se ha hecho en todos los paises en que era necesario. Aquí el Estado y el Gobierno de Rajoy dificultan que así pueda ser, negando que lo sucedido haya pasado, y continuando con la re-escritura franquista de la historia en todos los medios. Es más, en esa asamblea de la Comisión de la Verdad a la que asistían varias personalidades como Garzón, Jiménez Villarejo o Cristina Almeida, dije que por la experiencia que habíamos vivido en Ronda y en varios sitios de la provincia de Málaga, se estaba produciendo una destrucción de las fosas que es hacer desaparecer las pruebas de los crímenes de Franco y su banda de asesinos. Pedí que se haga todo lo posible para evitarlo. Hay que hacer las exhumaciones correctamente y con dignidad.
Como ya hemos repetido muchas veces desde Ronda el proceso debe comenzar por hacer un plan de actuación que empiece reuniendo a los familiares vivos para saber los datos de los desaparecidos, sus circunstancias, su historia, sus pertenencias. Tomar el ADN de estos familiares y crear un banco de ADN. Ampliar la investigación de archivos que tenemos con documentación a la que todavía no tenemos acceso. Tener o construir un lugar adecuado que sirva para hacer las pruebas antropológicas y ADN de los restos cuando se empiecen las exhumaciones y que al mismo tiempo sea un lugar para guardar y custodiar los restos en féretros con la dignidad que deben tener, y finalmente hacer las exhumaciones con métodos científicos pero con el respeto y la dignidad que le debemos a los héroes-mártires que lucharon por un mundo de trabajo y bienestar, sin corrupción, con libertad, igualdad y fraternidad.
El próximo día 1 de Noviembre, Samhain, Halloween o Todos los Santos, haremos una vez más el homenaje floral a nuestros familiares víctimas de la agresión fascista como venimos haciendo todos los años desde siempre, aunque ahora desde hace unos años es la Asociación de la Memoria Histórica de Ronda quien ha organizado a las familias para que este acto sea un encuentro entre todos nosotros y nuestros antepasados, aquellos que igual que ahora querían pan, trabajo y libertad.
Traed más flores y velas rojas para que en la Junta de Andalucía, en el Gobierno y en toda España se vea la razón, la memoria y el corazón de Ronda y su Serranía.
