Tras la sesión de constitución del nuevo pleno del Ayuntamiento, llega la hora de la verdad y de actuar con conciencia y consciencia política. Ronda se enfrenta a cuatro años difíciles y es ahora cuando podremos calibrar la altitud de miras de nuestros representantes en la Corporación.
No se trata de una guerra de siete contra catorce, como algunos quieren hacer ver. Se trata de que las 21 personas que los rondeños hemos elegido den la cara por nuestra ciudad de una vez por todas y que sepan separar el grano de la paja para ir unidos en lo realmente necesario y sus divagaciones se limiten a ciertas discrepancias políticas, absolutamente necesarias por otra parte, pero sin que nunca los árboles les impidan ver el bosque.
Hay expectación por estos tiempos nuevos que se nos avecinan y según las opiniones que hemos ido consultando, se atisba un cambio de actitud en nuestros políticos, una mayor tolerancia con el adversario, una mayor disposición a la colaboración con los otros y sobre todo una clara manifestación general de que ahora lo que importan son los problemas de los ciudadanos y todos están obligados a arrimar el hombro.
Han tardado tiempo en entender el mensaje, pero como dice el refrán, “Nunca es tarde si la dicha es buena”. Veremos cuanto duran esos buenos propósitos.