La supresión de dos grupos por parte de la Junta ha creado malestar entre los responsables del centro
Nerviosismo e impaciencia. Esas eran las sensaciones reflejadas en los rostros de los muchos rondeños que esperaban la pasada semana a que les tocara su turno para preinscribirse en la Escuela Oficial de Idiomas, cuyo plazo de solicitud acababa el pasado sábado. Aunque hace unos años no eran pocos los que desconocían la existencia este centro, hoy en día la situación es muy distinta. Las miradas de muchos estudiantes y desempleados se vuelven hacia esta escuela buscando una oportunidad para engordar el currículum y poder encontrar una salida laboral. “Antes teníamos que hacer publicidad para que todas las plazas se completaran y ahora no damos abasto”, asegura el director, Eugenio Bermúdez. No en vano, de cara al próximo curso todas las previsiones se han desbordado. Sólo hay que pasar junto a las instalaciones, situadas en el barrio de la Dehesa, para dar fe de ello: una interminable cola de aspirantes llegaba hasta la calle durante el horario de atención al público con la esperanza de obtener una plaza.
Pero pocos lo conseguirán. Para los alumnos de nuevo ingreso sólo se ofertan unas 300 plazas entre todos los grupos de los tres idiomas que se imparten: inglés, francés y alemán. Mientras, el número de solicitudes realizadas superaban las 700 a falta de dos días para finalizar el plazo, lo que significa el mismo número que el pasado año en todo el periodo de inscripción. Sin embargo, la mayoría de ellas son para grupos en los que apenas se ofrecen dos o tres plazas. Es el caso del grupo de Inglés Intermedio (tercer curso), uno de los que más demanda reciben y en el que sólo unos pocos privilegiados lograrán entrar.
Pese a la gran demanda existente, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, de la que depende el centro, lejos de aumentar el cupo de plazas, la ha disminuido en el último año. Y es que dos de los grupos de Inglés que antes había se han reservado para profesores, lo que ha provocado cierto malestar entre los docentes. “Una vez que nos los han quitado es muy difícil que nos los vuelvan a conceder”, lamenta Bermúdez.
No obstante, la falta de plazas no es el único factor que puede desalentar a los solicitantes. Este curso, los documentos requeridos son más numerosos y más difíciles de conseguir que en otras ocasiones. Certificados de la Seguridad Social, del Servicio Andaluz de Empleo, copias del contrato laboral, expediente académico… “Nosotros solo queremos que la gente aprenda idiomas, pero parece que para entrar hay que hacer un curso de documentación”, explica el director. Por si fuera poco, el plazo de inscripción ha pasado de un mes a dos semanas, lo que dificulta aún más reunir todos los requisitos.
En cuanto a la prioridad de acceso, este año se valoran más los casos de desempleados. “El perfil tipo del solicitante es el de un universitario en paro”, apunta el director. Ejemplos no faltan entre los que esperan pacientemente a entregar sus credenciales. “Acabé la carrera de Magisterio y ahora quiero sacarme un título de Inglés para ganar puntos en las oposiciones”, cuenta una de las aspirantes.
El inglés sigue siendo la primera opción para la mayoría de estudiantes, aunque el alemán ha protagonizado un gran ‘boom’. “Las solicitudes se dispararon en 2011”, añade Bermúdez. Pero la lengua de la llamada ‘locomotora de Europa’ resulta mucho más exigente de lo que muchos alumnos de nuevo ingreso podrían pensar, lo que hace que este idioma sea el que presenta un índice más alto de abandono. “Para defenderse en inglés es suficiente con un curso, pero en alemán hacen falta al menos dos”, afirma. Por ello, de los 40 alumnos que empiezan el primer curso, solo llegan a quinto cinco o seis.
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