La Alameda del Tajo lucirá en los próximos meses un aspecto distinto al que ofrece actualmente a los cientos de rondeños y turistas que lo visitan a diario, toda vez que se lleve a cabo la remodelación prevista por el Ayuntamiento rondeño. Las obras, que saldrán a licitación en los próximos días, cuentan con un presupuesto de 250.000 euros, procedentes del Plan de Inversiones Productivas de la Diputación de Málaga.
La renovación se dividirá en cuatro fases, que comenzarán a ejecutarse a finales del mes de abril. La primera de ellas se realizará a la zona de albero situada en el extremo del parque, junto a los balcones sobre las cornisas del Tajo. Allí, el suelo será adoquinado y se creará un camino paralelo al cortado.
Dentro de esta misma fase también se prolongará el paseo central de la Alameda hasta el final, habilitándolo con una rampa que mejore la accesibilidad.
En segundo lugar, el parque infantil se trasladará desde esta zona de albero hasta el actual recinto de las aves, que serán retiradas. Una medida esta última recomendada por un informe de Medio Ambiente, según el delegado municipal de Parques y Jardines, Ángel Vázquez.
El tercer apartado, recogido en las mejoras del proyecto, se centrará en la reparación de la pavimentación que presenta un mal estado. Y por último, se buscará lograr un efecto de «mimetización vegetal» de la fachada del Teatro Vicente Espinel, situado en este recinto, con el entorno. Para ello se colocarán enredaderas en sus columnas.
Perfilar este proyecto no ha sido tarea fácil, según explicó la alcaldesa de la ciudad, María de la Paz Fernández, ya que al tratarse el Conjunto Histórico de Ronda de un Bien de Interés Cultural, el Consistorio ha tenido que contar con el visto bueno de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. «La actuación recibió informes contrarios y tuvimos que revisarla», añadió.
Una vez adjudicados los trabajos, el plazo de ejecución es de tres meses, por lo que se espera que a finales de primavera las mejoras puedan estar concluidas. La alcaldesa animó a las empresas locales a que presenten sus ofertas, con el fin de que el coste redunde en la economía de la ciudad.