El nuevo coronel jefe del Tercio Alejandro Farnesio IV de la Legión, Julio Salom, tendrá poco tiempo para conocer a su nuevo destacamento, y es que ha sido elegido para mandar al contingente de 300 militares españoles que serán enviados en las próximas semanas a Irak, en concreto, se estima que la partida se produzca a partir del mes de febrero. Él será el encargado de dirigir la vuelta de la Legión a Irak una década después de la retirada de las tropas españolas que ordenó el entonces presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, dando cumplimiento a una promesa electoral que no dejó buen sabor de boca entre algunos círculos castrenses, al considerar que se retiraban de una misión sin haber podido completar el trabajo que se les había encomendado.
En cuanto a la misión actual, Salom ya se ha desplazado a la base almeriense de Viator, que ha sido elegida para concentrar a la totalidad de las tropas, que estarán integradas en su mayoría por legionarios, y entre los que se encontrará una compañía de la base rondeña de la que el coronel asumió el mando recientemente.
En concreto, los legionarios rondeños partieron durante la madrugada del pasado jueves hacia Almería para concentrarse con sus compañeros de misión y realizar la preparación previa antes de viajar hacia Bagdad, ya que las bases para desarrollar su trabajo se situarán en las proximidades de la capital iraquí, en las que tendrán como misión el formar al maltrecho ejercito iraquí, que en estos momentos mantiene una guerra con los efectivos del Estado Islámico (IS, en sus siglas en inglés), que han ocupado diferentes zonas del país y que llegaron a amenazar la propia seguridad de la capital.
A las siete de la mañana partieron del patio de armas del acuartelamiento General Gabeiras tres autocares en el que viajaban los efectos de la base rondeña que participarán en esta nueva misión internacional, que tendrá una duración de 6 meses.
Finalizado el embarque de la tropa e iniciado su viaje hacia la base de Viator, se procedía a dar salida al convoy para trasladar a los vehículos de la compañía seleccionada y también el resto del material que necesitarán para desarrollar su trabajo en suelo iraquí.
En concreto, unos 200 efectivos tendrán su sede en la base de Besmaya, situada a unos 10 kilómetros de Bagdad, y en la que se efectuará la instrucción sobre la desactivación de explosivos y formación de los militares iraquíes. Mientras tanto, otros 100 efectivos estarán situados junto al aeropuerto de la capital, zona en la que se realiza la instrucción en operaciones especiales
En cuanto a su partida, aunque los vuelos de traslado no se iniciarán hasta las últimas semanas de enero y principios de febrero, el acto oficial de despedida tendrá lugar el próximo viernes día 23 de enero a las doce de la mañana en la base almeriense. Será entonces cuando las familias sí que tengan que dar su despedida a los soldados.
Los militares españoles no estarán solos en su vuelta a Irak, ya que también participarán efectivos de los ejércitos de Estados Unidos, Alemania y Australia dentro de la misma misión internacional