Aunque no seamos conscientes de ello, cada día estamos expuestos a una incesante radicación electromagnética. Las ondas magnéticas forman parte de nuestra vida, desde la simple luz visible hasta los rayos X utilizados para realizar radiografías o el infrarrojo de un mando a distancia. Sin embargo, hay otro tipo de ondas cuyos posibles efectos para la salud llevan años bajo sospecha: las ondas producidas por las señales telefónicas. Medir este tipo de contaminación en Ronda es el objetivo de una antena que ha sido instalada en la azotea del edificio que alberga las instalaciones municipales de Medio Ambiente y Urbanismo, en la antigua sede de los juzgados.
Esta antena se encargará de recoger datos sobre los niveles electromagnéticos en Ronda, para detectar una posible extralimitación en los niveles que se consideran seguros y elaborar estadísticas, entres otros objetivos. “Es una apuesta por la calidad ambiental, aunque sabemos que en Ronda este tipo de contaminación no es muy alta”, señaló el delegado municipal de Medio Ambiente, Rafael Flores.
La instalación de este dispositivo ha sido llevada a cabo por la Consejería de Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, dentro de un proyecto en el que participan un total de 40 ciudades andaluzas. Por tanto, la iniciativa no tiene coste alguno para el Ayuntamiento. Los datos se transmiten directamente a la sede de la Consejería en Sevilla, aunque los responsables municipales también podrán consultar la información recopilada.
En un principio la intención era colocar el medidor cerca de las antenas de telefonía situadas en El Fuerte, junto a los tres institutos de enseñanza secundaria existentes allí, dada la gran polémica que suscita su ubicación. Sin embargo, el receptor tiene un alcance suficiente para abarcar todo el casco urbano de Ronda, por lo que los técnicos de la Junta dieron prioridad a esta ubicación.