Por muy sorprendente que pueda parecer, el hallazgo de diamantes en Jubrique, Ronda y Torrox, realizado por geólogos de las universidades de Málaga y Granada, ha sido confirmado mediante las pertinentes pruebas científicas. En ellas ha participado un experto alemán en estas piedras preciosas. Así lo confirmaba una de las responsables de la investigación, María Dolores Ruiz, que desde hace cinco años se encuentra realizando un estudio sobre los minerales en la cordillera Bética. En concreto, los primeros diamantes se detectaban hace casi dos años y el descubrimiento fue de forma “casual”. Otro de los geólogos que participa en la investigación, Carlos Sanz de Galdeano, perteneciente a la universidad de Granada, afirmaba que “no estábamos buscando diamantes, fue una casualidad”.
Los diamantes localizados únicamente son visibles al microcopio, lo que hace que su posible uso comercial se reduzca prácticamente al ámbito industrial, siendo utilizado para la elaboración de láminas y puntas de corte, además de para el pulimentado de materiales de alta dureza. No obstante, algunas empresas de joyería suelen utilizar este tipo de diamantes para construir piezas a base de una “amalgama” de diminutos diamantes, explica Ruiz, y que conlleva una importante reducción en precio sobre un diamante compuesto por una única piedra. Los investigadores evitaban entrar en la viabilidad una posible explotación comercial, señalando que se trata de estudios “muy preliminares”, y que las pruebas para comprobar la rentabilidad de una posible explotación únicamente podría ser asumido por las empresas que se dedican a extracción del diamante, dado el volumen de roca que tendría que analizada, la maquinaria a emplear y el coste económico de las mismas. Sí que se conoce que este mismo tipo de micro diamantes se lleva varias décadas extrayendo en Kazajistán con fines industriales.
Los geólogos han corroborado la existencia de al menos dos tipos de tamaño de diamantes en las rocas. «Uno de los tipos es de mayor tamaño pero la concentración es menor, mientras en otro, el tamaño es mucho menor, pero la presencia es mucho mayor», explicó Ruiz