¿Cuáles son los motivos que han llevado a convocar la huelga general?
Sobre todo la posesión autoritaria del gobierno de Rajoy, que ha dinamitado el diálogo social. Hay que recordar que en septiembre, por primera vez en democracia, llegamos a un acuerdo con los empresarios, algo que se llevaba reivindicando mucho tiempo y que era muy necesario, especialmente en época de crisis. En concreto llegamos a un acuerdo por el empleo, en lo que fue el segundo pacto por el empleo, y para una reforma profunda de la negociación colectiva. En este apartado se recogía un importante sacrificio salarial para que las empresas pudieran salir de la crisis y si obtenían beneficios pudieran reinvertirlos en la creación de empleo. Se aprobó y se acordó la flexibilidad, incluso que en determinados momentos el empresario pudiera modificar las condiciones de trabajo en función de una necesidad, siempre de acuerdo con los representantes de los trabajadores y con una disponibilidad de diez días de libre utilización en caso de necesidad. Así que hemos acordado la aplicación del convenio en caso de extrema gravedad pero de acuerdo con el comité de empresas y con los representantes de los trabajadores. Era algo que permitía en un gran acuerdo el mantenimiento del empleo y una flexibilidad que no creará un corsé a las empresas. Prácticamente es lo que el gobierno ha decretado, solo que ha anulado la participación, el diálogo e incluso la tutela judicial.
¿Les ha dado el gobierno oportunidad de dialogar?
No ha dialogado con nosotros, desgraciadamente. Dicen que sí, pero es rotundamente falso. Dicen que con CCOO y UGT han mantenido 36 reuniones, pero solo han sido 8 y todas de carácter técnico, en absoluto con la intención de dialogar o de escuchar propuestas. Así que el resto de reuniones que dicen que han tenido habrá sido con otros colectivos, probablemente con los empresarios.
¿Cuáles son las líneas que los sindicatos no están dispuestos a que se traspasen?
En primer lugar, solo hay que leer la reforma en el Boletín Oficial del Estado, sin interpretarla. Y lo primero que dice es que se acaba la tutela judicial, la protección a los trabajadores, y todo el poder recae en el empresario. Esto es algo muy negativo incluso para el propio empresario, porque lo convierte en algo que creíamos que ya había pasado: en amo de haciendas y de personas. Puede despedir casi sin causa alguna y al libre albedrío y puede permitirse cambiar la estructura de la plantilla. También enfrenta a unos parados y otros: el parado que cobra desempleo puede acceder a un contrato siempre que el 20% se su percepción de desempleo pase a formar parte del salario y el que no cobra el desempleo, que será más difícil de contratar. También enfrenta al hombre y a la mujer en la competencia por un trabajo, al mayor y al joven, porque lo que se pretende es que entre gente joven con menos derechos. Automáticamente el decreto deja indefensos a los trabajadores. Todo esto lo dice expresamente la reforma, sin ninguna interpretación perversa por nuestra parte.
El gobierno dice que la reforma tiene por objetivo aumentar el empleo. ¿Creen que esto se conseguirá?
Le puedo ofrecer documentos de los grandes gabinetes de asesoramiento a las empresas en materia de recursos humanos en los que aparece un decálogo para los responsables de empleo de las empresas. Y uno de los puntos dice: “Despido más barato ahora sí que sí”. Lo dicen ellos y explican las razones. Y así hay todo un decálogo hablando de la facilidad que ofrece el decreto para despedir sin ningún tipo de tutela. Y como cierre se dice que los empresarios pueden despedir sin ningún tipo de costo. Ese decálogo se ofrece en cursos de formación a las grandes empresas. De forma que es una reforma basada en el despido y no en el empleo.
¿Temen que la convocatoria no tenga el eco que esperan?
Hay que vencer el miedo. Ahora hay mucho miedo ante esta situación, y el miedo es un factor paralizante, y contemplamos este factor. Pero lo que les estamos diciendo a los trabajadores es que hay que vencer el miedo e incluso perder el salario de un día porque si no, se pueden perder los derechos de muchos años, y eso sería un paso atrás tremendo. Por eso invitamos a todos a que participen en la huelga. Llamamos al combate y a la lucha porque lo que planteamos es el arma para decirle al gobierno que pare las reformas y que negociemos. Con la anterior reforma laboral de Zapatero recogimos un millón y medio de firmas para presentar una iniciativa legislativa popular para que se debatiera en el Parlamento. Y como complemento al diálogo y al debate se puede usar el acuerdo al que hemos llegado con los empresarios hace prácticamente un mes y que el gobierno dinamitó con este decreto. Por último el gobierno da un golpe de estado a la Constitución en el marco de los derechos laborales. El artículo 37 marca el derecho a la negociación colectiva entre partes y sin interferencias alguna ajena a los agentes sociales. Y el decreto es eso, una interferencia que golpea la Constitución y que genera conflicto, cuando España lo que necesita es un gran pacto para salir de la crisis.
¿Qué va a ocurrir después del día 29?
Nosotros queremos que el gobierno se siente antes del día 29 para dialogar. Si no es así, creemos que la huelga va a tener un importante seguimiento que le hará reflexionar. Así que después de la huelga seguiremos presionando. También hay que decir que estamos en contra de los recortes en sanidad, educación, ley de dependencia… Es decir, los recortes en el estado del bienestar. Y la crisis no sirve como coartada porque hay elementos de financiación. La deuda del estado no es el principal problema, sino la deuda privada de la banca y las empresas del Ibex 35. La deuda pública es menor que Inglaterra o Alemania, por ejemplo. Lo que proponemos es aumentar los ingresos a través de una reforma fiscal, una reforma del IRPF para que pague el que más tiene, combatir el fraude fiscal y la economía sumergida, que explota a los trabajadores y hace una competencia desleal a los empresarios honrados que pagan la Seguridad Social. En Málaga el 26% del Producto Interior Bruto pertenece a la economía sumergida. Si hacemos todo esto tendremos ingresos suficientes para evitar recortes y tener un país asfixiado. Tampoco nadie habla de diversificar nuestro modelo productivo, que es el gran responsable del paro. Si no se actúa seremos siervos de la Unión Europea y del sector servicios, compitiendo con países más pobres solo en precio y no en calidad.