Hace ya cinco días desde que apareció el cuerpo de sin vida de María Esther Jímenez y aún no se han producido detenciones. Muchos esperaban una resolución más rápida del caso, lo que hace que la inquietud crezca entre los vecinos de Arriate. El temor se instala especialmente entre los padres, no en vano, ayer la afluencia de alumnos al colegio y el instituto del pueblo fue menos de lo habitual. En este sentido, en estos días es muy poco común ver niñas o adolescentes solas en la calle una vez que cae la noche, algo que antes era algo normal.
Los investigadores de la Guardia Civil encargados del caso continúan mientras tanto con los interrogatorios. Ayer fueron otras 12 personas las que respondieron a las preguntas de los agentes en el interior del Ayuntamiento de Arriate. Los padres de la joven, José Jiménez y Carmen Villegas, han sido unos de los últimos en prestar declaración. Ambos rechazaron dar detalles sobre el contenido de su declaración, acogiéndose al secreto de sumario, aunque sí que reconocieron que fueron preguntados por cuestiones “íntimas” de la familia.
Sobre la investigación, poco más se pudo conocer durante el día de ayer, aunque sí que se conocía que las numerosas pruebas de ADN que se han pedido a los laboratorios especializados pueden hacer que la resolución del caso se pueda retrasar mucho más de lo inicialmente estimado. Y es que la realización de las mismas necesita una plazo mínimo de 48 para que puedan llegar a su destino, ser realizadas y posteriormente corroboradas en un segundo análisis.
Mientras tanto, la inspección ocular de la zona donde apareció el cuerpo ha finalizado, aunque la caseta permanece precintada por si fuese necesario el tomar nuevas muestras o repetir alguna de las pruebas ya realizadas.