Pocos eran conocedores de que el primer ministro británico, David Cameron, es un habitual de la Serranía de Ronda. Fue él mismo el encargado de descubrirlo en unas declaraciones realizadas a varios medios de comunicación españoles. En ellas señalaba que lo único que echaría en falta de su anterior vida era no poder pasar sus vacaciones en Ronda con su familia. Hasta entonces, únicamente un pequeño círculo se había percatado de la presencia de Cameron en la zona. En esos momentos era el líder de la oposición, lo que le permitía pasar desapercibido y hasta poder pasear sin la necesidad de llevar escolta.
No obstante, algunos lugareños sí que tenían constancia de sus visitas. Es el caso de Jimera de Líbar, un pequeño municipio situado junto al río Guadiaro, que ha sido uno de los puntos que ha visitado durante alguna de sus estancias. La prueba la tiene en su restaurante, Paul Darwent, un inglés que se instaló en la zona hace casi tres años, a modo de fotografía colocada en un cartel que cuenta que el primer ministro pasó por allí antes de llegar a Downing Street.
El propietario del bar ‘Alioli’ nos relata como fue un cliente también inglés el que le reconoció cuando estaba en la puerta del bar. “Tienes un inglés famoso fuera”, y fue entonces cuando salió a la puerta y le vio, aunque no le reconoció hasta que su colega le dijo de quién se trataba. “Le pregunté si era famoso y me dijo que un poquito”, explica Paul.
Tras las oportunas presentaciones entablaron una pequeña conversación sobre diferentes asuntos y le intimaron a quedarse y asistir a la romería de la localidad que se celebraba ese mismo día. Amablemente declinó la invitación alegando que tenía que regresar a su alojamiento en Ronda. Había llegado hasta la estación de Jimera de Libar recorriendo un popular sendero que une este núcleo rural con la estación de Benaoján, además lo acompañaba su mujer.
Asegura Darwent que el premier británico tuvo un trato amable y lejos de parecer alguien importante en su país, hasta el punto de que le estuvo preguntando qué le había llevado a un inglés a instalarse en una zona tan remota de la provincia de Málaga. Todo ello mientras tomaba un café y una botella de agua con gas. Para su mujer había pedido un zumo.
Ahora, tras ganar las elecciones, Paul Darment, ha recuperado aquella foto de poca calidad que le hizo a David Cameron en la puerta de su bar. Con ella ha confeccionado el cartel anunciador de su negocio donde refleja que por allí pasó el primer ministro británico.Cree que es el mejor gancho que puede tener entre sus compatriotas. Además, le ha enviado una copia del cartel al propio Cameron y una carta dónde le recuerda su visita y le invita a la próxima fiesta de la Cerveza que va a organizar. De momento no ha recibido contestación.
En este pequeño municipio son pocos los vecinos que conocían tales visitas. Entre ellos se encuentra su alcaldesa, Maite Domínguez, que sí tenía constancia de que había estado por la zona pero nunca le vio en persona.
Mientras tanto, su alojamiento preferido se encuentra en un hotel situado en la periferia de la ciudad del Tajo, aunque en Ronda también son muy pocos los que se atreven a asegurar que le han visto en la ciudad. La mayoría de responsables de restaurantes y cafeterías se limitan a señalar que les suena la cara, pero no se atreven a asegurar al cien por cien que ha pasado por sus negocios.
