El aspirante golpea la puerta de la iglesia. Dentro le esperan los que serán sus hermanos y el Gran Maestre de la Orden, todos ataviados con una túnica blanca con una cruz roja bordada en ella.
No es una escena de una película histórica, ni un pasaje del último best seller de Dan Brown, sino una ceremonia que ayer se llevó a cabo en la ciudad de Ronda, en el encuentro anual de la Orden de los Templarios de España, en el que 23 nuevos miembros fueron investidos.
El Gran Maestre y Príncipe Regente de la Orden, Fernando de Sousa Fontes fue el encargado de nombrar oficialmente a los caballeros y damas, mediante el tradicional cruzamiento caballeresco y que todos hemos visto alguna vez en el cine: el nuevo miembro se arrodilla frente al Gran Maestre, y este posa una espada en su cabeza y sus hombros.
La polémica y el misterio siempre acompañó a este grupo religioso, y desde su disolución oficial en 1314 son varias las organizaciones en todo el mundo que dicen ser sus sucesoras. Sus múltiples enigmas no han hecho más que engrandecer su leyenda, y la Orden parece que no trata de desvelar estos misterios, ya que vive en un permanente halo de secretismo. Sin embargo, la Edad Media quedó atrás, y esta organización tiene hasta su página web. “No pretendemos permanecer en secreto, aunque sí somos discretos, ya que no vamos por ahí queriendo captar a nuevos miembros, pero nada más”, puntualiza Buixeda.
Antonio Moreno (Ronda)
